“Alas Negras” es la segunda parte de “Alas de Fuego”, una bilogía de fantasía escrita por Laura Gallego. “Alas Negras” continúa la historia de Ahriel, un ángel que protege a la joven reina Marla en el reino de Karish y que fue traicionada y encerrada en la prisión de Gorlian.
Ahora, tras recobrar la libertad Ahriel está dispuesta a volver a Gorlian para recuperar por todos los medios aquello que dejó atrás. Así, junto con nuevos personajes, comienza un nuevo viaje que dará lugar a una historia más compleja que la anterior, con un final de lo más épico.
SPOILERS
Si bien en el libro anterior se echó en falta conocer algo más sobre el mundo que “Alas de Fuego” presenta, esta segunda parte “Alas Negras” aprovecha bien esa carencia para mostrar mucho más este universo, a través de nuevos personajes, otros ya conocidos y de escenarios antes inexplorados.
Es una maravilla poder disfrutar de los nuevos lugares que nos enseña esta novela. La ciudad de los ángeles, el infierno o el refugio de la hermandad de los magos oscuros son escenarios originales, que nos hacen trasladarnos por completo a ellos.
A diferencia de la novela anterior, en este libro tenemos dos tramas paralelas que se alternan y complementan. Por un lado, está la historia de Ahriel, de cómo pide permiso al Consejo de los ángeles para adentrarse en el infierno. Por otro, está la trama de Zor, de cómo se queda solo, conoce a Cosa y logra escapar de Gorlian junto al loco Mac.
La historia de Zor aporta un extra de interés a la lectura. Su historia, su soledad y su perspectiva del mundo como hijo de Gorlian hace que los lectores suframos con él, que le cojamos cariño, que deseemos que no le pase nada malo. Zor es un muchacho adorable, quizá demasiado inocente y bueno para haberse criado en Gorlian, pero que se justifica al conocer la soledad apartada en la que le crió su abuelo. Zor muestra una gran sensibilidad al conocer a Cosa, tratándola siempre como a una persona y no como a un engendro. Esto, sumado a la inteligencia y tesón que, junto al loco Mac, le hacen conseguir escapar de Gorlian unos instantes antes de la destrucción de la prisión hacen de ésta una trama de lo más interesante.
Por su parte, la historia de Ahriel no se queda atrás. La evolución del personaje se hace especialmente patente en este libro, en el que no queda ya rastro del ángel justo y puro que conocimos al principio de Alas de Fuego. Ahora Ahriel mira por sus propios intereses y objetivos, que son volver a Gorlian y recuperar al hijo que en su momento abandonó, incluso si eso supone mentir u ocultar información al Consejo para nada menos que abrir la puerta del infierno.
Y aquí es donde entra Ubanaziel. El Guerrero de Ébano es una gran aportación en esta novela, y un personaje muy interesante. Su seriedad, excentricidad para su condición de ángel y el título de ser el único de los suyos que ha logrado salir con vida del infierno hacen de él un personaje confiable y poderoso, al que rodea una fascinante aura de misterio.
Así, cuando conocemos su historia el misterio se desvanece para dar lugar a un personaje muy real, con defectos y arrepentimientos, lo que le aporta mucha más autenticidad. Esto también le hace tener una gran cercanía con Ahriel, puesto que ambos son ángeles inusuales que muestran comportamientos poco típicos en ellos.
La incursión en el infierno por parte de Ahriel y Ubanaziel es una de las partes más emocionantes de la lectura, en la que se siente una gran sensación de peligro permanente. A pesar de ello, finalmente dicha incursión no acaba siendo tan peligrosa como parecía en un principio, pues, como dice el propio Ubanaziel, consiguen su objetivo de una manera demasiado sencilla. Claro que esto tiene su razón en el pacto previo que había realizado Shalorak con Furlaag para liberar a Marla.
Dicho pacto y nueva traición de Marla dan un giro de ciento ochenta grados a la trama, en la que los dos protagonistas parecían tenerlo todo bajo control para terminar en graves apuros. Y es que finalmente la peor situación posible acaba ocurriendo y los demonios salen del infierno para invadir el mundo e ir a la guerra con los ángeles.
De esta manera el libro explota por completo su potencial, sacándole todo el partido posible. La guerra de los demonios es algo mucho más grande de lo que originalmente podría esperarse de esta historia, y que convierte a “Alas Negras” en una historia épica y un digno final de esta bilogía.
Mención especial merece el personaje de Marla. Esta lectura nos permite conocerla un poco mejor y la consolida como una auténtica villana. Es un personaje en el que se profundiza más, al que podemos entender y comprender mejor en esta novela. Y es que, en cierta manera, la forma en que Ahriel la educa y la presiona termina sacando lo peor de ella, convirtiéndose en una tirana que sobrepone el poder y la ambición por encima de todo. Así lo demuestra al asesinar a Shalorak, a pesar del amor que existe entre ellos, cuando descubre que él es un engendro creado por Fentark.
También hay que destacar el momento en el que Ahriel y Zor se reencuentran después de todo ese tiempo y después de que Marla destruyera Gorlian, dando lugar al momento más emotivo de la novela.
Así pues, “Alas Negras” es un gran cierre de la bilogía, que concluye los arcos de todos los personajes que presenta durante los dos libros de una manera excelente, que presenta una historia diferente y original, con mucho más trasfondo del que puede parecer en un principio. Una lectura entretenida y disfrutable, que hace reflexionar sobre muchos aspectos a través de sus personajes.

Me gusta, pero me gustaría saber que pasó con Bran.
¡Hola!
Si recuerdas, Bran murió en el primer libro, en Alas de Fuego.
¡Un saludo!