Harry Potter y La Cámara Secreta, de JK Rowling

Si “Harry Potter y La Piedra Filosofal” nos presentó una historia singularmente original y mágica, “Harry Potter y La Cámara Secreta” nos ofrece una continuación a la altura de la primera parte, cumpliendo las expectativas con creces. Personalmente creo incluso que este libro supera a su predecesor, con un misterio aún más elaborado y un final aún más épico, y podría calificarlo perfectamente como de los mejores de la saga.

SPOILERS

La segunda parte de Harry Potter comienza de manera similar a la primera, Harry viviendo con los Dursley y éstos siendo igual de repelentes que en el libro anterior, aunque manteniendo el toque cómico, pero con una gran diferencia: ya sabemos que Harry es un mago. Ya conocemos la magia, Hogwarts, a Ron y Hermione… y eso supone una gran diferencia con el primer libro, pues el factor sorpresa no valdrá esta vez. Rowling necesitará algo más para que podamos calificar este libro a la altura del primero… pero nos lo da. De sobra. Y lo superándolo.

La presentación se acorta con respecto a la primera parte, lo que se agradece, pues no es necesario volver a extenderse con los Dursley, y la magia no tarda en aparecer, esta vez de la mano de un pequeño elfo doméstico que roba nuestro cariño. Dobby, a pesar de su simpatía, es un personaje inquietante durante la mayor parte del libro, pues sus motivaciones son inexplicables e incomprensibles para los lectores hasta el final.

Rowling aprovecha la segunda parte de la saga para expandir un poco más su universo. Así conocemos lugares nuevos, como la casa de Ron (adoro la parte de la desgnomización) o el tenebroso Callejón Knockturn, y también nuevos personajes, como Arthur Weasley, Lucius Malfoy y Gilderoy Lockhart, personajes que aportan muchísimo a la historia y que al igual que los que conocimos en el primer libro, están perfectamente perfilados.

Y seguimos con la magia. Misteriosamente la barrera del andén nueve y tres cuartos no deja pasar a Harry y Ron, que llegan a Hogwarts en un coche volador y se chocan con un sauce boxeador que los muele a golpes con las ramas. Por favor, otro hurra por la imaginación de Rowling. Evita la repetición con la primera parte pero dándonos a la vez acontecimientos aún más interesantes.

Tras la emocionante pero desafortunada llegada al colegio, regresamos a Hogwarts,  volvemos a disfrutar con el castillo y también de las clases, aunque unas clases diferentes a las del primer libro. Si antes asistimos a clases de Pociones, Vuelo o Transformaciones, ahora se añade Herbología y Defensa Contra Las Artes Oscuras con Lockhart como profesor con los duendecillos de Cornualles, que resulta un desastre, aunque muy divertida. Muy interesante resulta también la fiesta de muerte de Nick Casi Decapitado.

Rowling ya nos va dejando trazas y guiños para el misterio de este libro, como conocer por Malfoy la expresión sangre sucia y presentarnos a Myrtle La Llorona, pero comienza a tomar forma con la voz que sólo Harry puede oír y la petrificación de la Señora Norris. Entonces conocemos la leyenda de La Cámara Secreta, y el libro nos absorbe por completo. Es muy curioso que los nombres de las casas provengan de los fundadores de Hogwarts, y cómo Slytherin se distanció de los demás. Esto explica la diferencia que hay entre las casas, que se divida a los alumnos según las cualidades que más apreciaban dichos fundadores.

Por supuesto, no podía faltar otro partido de quidditch, esta vez con la novedad de la bludger loca, otro misterio que añadir a la suma de extraños sucesos que ocurren en el castillo. Y nuestros Harry, Ron y Hermione, al igual que en el primer libro, son los primeros que investigan y están dispuestos a resolver el misterio.

Gracias al duelo de magia descubrimos que Harry habla pársel, lo que nos hace recordar cómo habló con la serpiente del zoo en el primer libro (un detalle importante) y dándonos otra pista sobre la misteriosa voz que oye, solo que aún nosotros no lo sabemos. Entretanto ocurren más petrificaciones, todos a hijos de muggles, y con Harry siempre envuelto en ellos, dado que va persiguiendo la voz cada vez que la escucha. Si nos fijamos, podemos ver que Rowling nos deja pistas sobre quién es la que ha abierto la Cámara Secreta: se hacen menciones de Ginny y lo asustada que está cada vez que hay un ataque.

Entre los detalles de las arañas y los gallos muertos, y como nuestros protas son incapaces de parar quietos, empiezan a preparar la poción multijugos (irónicamente en el mismo baño donde está la entrada a la Cámara) para infiltrarse en la sala común de Slytherin. Es increíble la evolución que ha tenido el personaje de Hermione desde el primer libro, siendo la primera dispuesta a descubrir al culpable, a actuar ante una situación tan injusta, aunque ello suponga quebrantar miles de reglas y robarle a Snape ingredientes de su armario de pociones.

Con la aparición del diario de Ryddle el misterio se va consolidando cada vez más. Una nueva incursión en el bosque prohibido, espeluznante, nos revela que Hagrid fue injustamente expulsado de Hogwarts en su momento. La persecución de las arañas da verdadero miedo, aunque por suerte estaba ahí el coche volador para rescatarlos, resolviendo la duda de qué había pasado con él.

Entonces, por fin, descubrimos gracias a una petrificada Hermione que el monstruo de Slytherin es un basilisco, y todas las pistas empiezan a encajar. Ginny es capturada y esto motiva a Ron y a Harry para ir a la Cámara en su busca, descubriéndose de paso la falsa de Lockhart, que ya se veía venir.

El final es impresionante. Harry se enfrenta de nuevo con Voldemort cara a cara y al basilisco espada en mano, junto a Fawkes, al que pudimos conocer en el despacho de Dumbledore. Y vence al villano gracias a su valentía, su lealtad y su sentido de la justicia. Una vez más, Harry se gana el calificativo de héroe a pulso, y no sólo porque sea el protagonista. Se lo gana por su bondad, coraje y sus valores.

En realidad, en este libro no nos llegamos a hacer una idea de lo importante que es este diario, este recuerdo de un Voldemort adolescente y de esa extraña conexión que hay entre ambos. Increíble una vez más cómo Rowling tenía todo pensado desde el principio, pues en posteriores libros de la saga se profundizará mucho más en esto. Atención a cómo Dumbledore le explica a Harry que Voldemort pudo transferirle algunas habilidades el día que intentó matarlo, a cómo Dumbledore está vigilando a Harry muy de cerca todo este tiempo, cómo está pendiente de él. Y atención también a la profundización que adquiere el villano en este libro. En “La Piedra Filosofal” lo vimos tal y como es ahora, acabado, sin fuerzas, completamente consumido por su maldad. Pero aquí se nos presenta de joven, quién fue antes de convertirse en Lord Voldemort, un estudiante modelo en Hogwarts, lo que hace que lo veamos desde un punto de vista diferente y estemos mucho más interesados en él. Y además también podemos ver las similitudes que hay entre el protagonista y el villano, siendo ambos criados por muggles, sin haber conocido a sus familias, el profundo cariño que sienten por Hogwarts, pero explicándonos que la diferencia entre ambos son las elecciones que realizan y los valores de cada uno, totalmente opuestos.

El misterio queda resuelto completamente, al igual que otro sinfín de detalles y guiños que Rowling había ido dejando por toda la trama. Todo termina de encajar como un puzle, de una manera nada previsible, haciendo disfrutar al lector y mantener su intriga hasta el final.

Y así termina la segunda parte de Harry Potter, una parte más tenebrosa que la primera, en la que el peligro se ha podido sentir mucho más, menos infantil y algo más oscura, que no sólo mantiene todo lo bueno del primer libro sin aburrir y sin caer en la repetición, sino que incluso lo mejora y aporta muchos detalles importantes al gran misterio de Voldemort y Harry, que ya se nos presentó en el primer libro, y a la historia global de la saga, una historia que va adquiriendo cada vez más profundización.

—Oye, Todd, esta persona ha leído la entrada y no ha publicado ningún comentario.

—Espera un poco, Tedd. Dale tiempo para que pueda escribirlo.

—No escribe nada, Todd. Que le haya gustado y no nos lo diga me pone de mal humor.

—Tranquilízate, Tedd. No es bueno para tu salud que te estreses.

—De acuerdo, Todd. Pero acuérdate de decirle que no incluya spoilers de otros libros en los comentarios de esta entrada.

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6 comentarios en “Harry Potter y La Cámara Secreta, de JK Rowling”

  1. ¡Hola!
    La verdad es que a la saga de Harry Potter le tengo muchas ganas pero quiero tener todos los libros y leérmelos en una maratón.
    Espero que en su momento me atrapen mucho y que me logre convertir en un potterhead.
    Me alegra que te vaya gustando la historia y espero los que vengan sean mejor.
    ¡Saludos!

    1. ¿Que me vaya gustando la historia? Jaja, la historia me la tengo más que leída… y los que vienen son hasta mejores, te lo aseguro 😉 La estoy comentando así para los que no se hayan leído todos los libros, que son muchos.

      Sí, mejor leelos en maratón que si no luego te vas a tirar de los pelos esperando tener el siguiente, te lo digo yo. Seguro que te atrapan y espero que seas próximamente un potterhead 🙂
      ¡Saludos!

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