Serie La Chica de Nieve, de Netflix

“La Chica de Nieve” es una serie de Netflix de una única temporada basada en la novela de mismo título de Javier Castillo. Una niña de cinco años desaparece durante la cabalgata de Reyes de Málaga del año 2010. Una joven periodista llamada Miren Rojo, atraída por el caso, comienza a investigarlo por su cuenta, a la vez que hace frente a sus propios fantasmas.

SPOILERS

A nivel de adaptación, esta serie muestra algunos cambios con respecto a la novela en la que se basa. Una de las principales diferencias es la ubicación de los hechos, que en la serie transcurren en Málaga, mientras que en el libro se desarrollan en Nueva York. Irremediablemente, esto viene acompañado de inevitables cambios como que la cabalgata donde se pierde la niña sea la de Reyes en vez de la de Acción de Gracias, los nombres de los personajes y los principales escenarios de la trama.

Otro de los cambios más importantes de la adaptación es la temporalidad en la que transcurre la acción. Mientras que en la novela el drama comienza en el año 1998, en la serie la desaparición ocurre en 2010. Esta diferencia puede ser entendible ya que, a la hora de grabar la serie, situarla en un periodo de tiempo algo más cercano al actual resulta más creíble y puede evitar errores, despistes o algunas incongruencias temporales.

Aun así, lo cierto es que esto afecta un poco al principal misterio de la trama. En el libro, se tardan muchos años en encontrar a la niña porque son los años en los que el formato en el que se mandaban los videos, el VHS, tarda en desaparecer y convertirse en una rareza en el mercado. De esta manera, en la novela no resulta extraño que se recibieran videos de la niña en ese formato debido al año en que ocurre, pero en la serie sí que se hace un poco más raro que esto ocurra en pleno 2015.

Por otro lado, cambiar el formato de los videos no daría lugar a esa famosa nieve en la pantalla de la televisión que da título al nombre de la novela y de la serie. Así, la serie soluciona la resolución del caso por la rotura de la cámara, que da lugar a un error en forma de línea en la calidad de la imagen, y que así los secuestradores se vean obligados a repararla, acto que será lo que le dé la pista a Miren para encontrar a la niña. De esta manera, todos estos cambios de situación y ambientación que la serie realiza con respecto a la novela son entendibles y están justificados en la adaptación.

Sin embargo, no son las únicas diferencias que encontramos, pues también muchos aspectos de la trama son distintos a como se relatan en el libro. Las subtramas de David Luque y de James Foster vienen a sustituir a las del sospechoso de la desaparición de la niña en el libro, cuya muerte se produce cuando la gente le prende fuego cuando queda en libertad frente al suicidio del chico en la serie, y la del violador de Miren, a quien ella vigila en el libro y que acaba siendo asesinado por otra chica en un callejón para salvar a Miren.

También los papeles de los personajes de tanto los padres de la niña como de sus secuestradores se ven intercambiados en la adaptación. La madre de la niña no está embarazada en la serie, y el padre se muestra mucho más hundido y destrozado en la novela. En el caso de los captores, Iris es la que realiza los actos de los que en el libro el principal responsable era su marido, como el secuestro de la pequeña o el asesinato del testigo que sabe que tienen a la niña.

La protagonista también muestra sus diferencias con respecto a la de la novela, pues Miren Rojo es aún más solitaria y taciturna que Miren Triggs. Además, su relación con su profesor en la universidad también se trata de manera diferente en la adaptación, lo que en este caso sí que causa que ambos personajes pierdan algo de profundidad con respecto al libro.

En resumen, la serie realiza una gran cantidad de cambios en la adaptación de la novela. Muchos de ellos necesarios, algunos más acertados, otros menos. Pero, realmente, ninguno de ellos es disparatado o carece de sentido, y la serie mantiene el respeto en todo momento por la obra original.

Así, da la sensación de que la adaptación solventa de alguna manera con estos cambios algunos de los peores aspectos del libro, como podían ser su final poco creíble o la falta de sentido en algunas acciones de la protagonista. Sin embargo, por desgracia la adaptación también desdibuja los puntos fuertes que sí que tiene la novela, como las emociones que la lectura tan bien sabe transmitir a los lectores, las relaciones entre personajes y las evoluciones de los mismos, prácticamente inexistentes en la adaptación.

A pesar de ello, la serie consigue atrapar al espectador, y un punto a su favor con respecto al libro es que mantiene el misterio sobre la niña hasta el penúltimo capítulo. Así, la serie consigue mantener el suspense mucho mejor que la novela, en la que se desvelaba, quizá demasiado pronto, lo que había sido de la desaparecida.

Por otro lado, la serie deja algunos cabos sueltos que no se llegan a resolver. Ocurre así con el personaje de Belén Millén, la policía que lleva el caso de Amaya, dando a entender que ella también perdió un hijo, lo que no se termina de explicar, y con la lista de nombres que James Foster proporciona a Miren a cambio de las fotos, que no se vuelve a mencionar.

Cabe destacar también el cameo del autor de la novela, Javier Castillo, al final del último capítulo de la serie, en la firma de libros de Miren.

En definitiva, “La Chica de Nieve”, sin ser una mala adaptación, tampoco es todo lo buena que podría llegar a ser. A pesar de que el suspense y el drama están muy presentes y de que muchos de los cambios que realiza en su trama son más lógicos que la propia novela, la serie patina en cuanto a desarrollo de personajes y otros aspectos característicos del formato audiovisual, como pueden ser algunas actuaciones o una banda sonora que no llama para nada la atención. Una adaptación que parte de una novela que tampoco es perfecta, y que en este caso también se queda a medio gas.

VALORACIÓN DE LA ADAPTACIÓN: 6,5/10

—Oye, Todd, esta persona ha leído la entrada y no ha publicado ningún comentario.

—Espera un poco, Tedd. Dale tiempo para que pueda escribirlo.

—No escribe nada, Todd. Que le haya gustado y no nos lo diga me pone de mal humor.

—Tranquilízate, Tedd. No es bueno para tu salud que te estreses.

—De acuerdo, Todd. Pero acuérdate de decirle que no incluya spoilers de otros libros en los comentarios de esta entrada.

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