No me extraña que este libro se haya convertido en un best-seller, pues tiene todos los ingredientes necesarios para ello: unos buenos personajes estratégicamente distribuidos, drama, intriga, misterio, logra mantener al lector enganchado al libro, y sobre todo, tiene el poder de conmocionarlos.
Nada más empezar, esta novela de Paula Hawkins ya nos sumerge en la historia presentándonos a Rachel, sus viajes en tren y en sus pensamientos, en esas vidas que ha imaginado para Jason y Jess, en las historias que imagina. Un comienzo con mucho encanto que no tarda en dejar paso al realismo más crudo conforme vamos conociendo la vida de la protagonista. Hawkins nos va proporcionando información a cuenta gotas, de manera que no sabemos muy bien cuál es su situación hasta que avanzamos lo suficiente en la historia. Lo que sí nos queda claro desde el principio es que no es una situación feliz, sabemos que algo trágico le ha pasado, pero no sabemos qué, aunque nos vamos haciendo una idea, una idea que es confirmada en su primera conversación con Tom.
La situación de Rachel llega hasta el alma del lector. Nos conmueve la vida de esta chica a la que el alcohol ha terminado de arruinar la vida tras la infidelidad de su marido, su incapacidad para tener hijos y la pérdida de su trabajo, que comparte apartamento con una paciente amiga de la universidad y que coge todos los días el tren simulando que va a trabajar. Sus intentos de retomar el camino correcto y no recaer en la bebida son nefastos durante todo el libro, nunca llega a sentar la cabeza y reconducir su vida hacia algo mejor, más bien lo contrario, lo que da un ambiente trágico y desgraciado a la novela.
Sin embargo, la autora no se limita a narrarnos la historia desde el punto de vista de la protagonista, pues pronto aparece el primer capítulo contado por Megan. No tardamos mucho en comprender que Megan es Jess, que estamos viviendo la historia desde otra perspectiva completamente diferente, y no sólo eso, también en otro periodo de tiempo distinto, pues la narración de Megan comienza un año antes del presente de Rachel. Así, conocemos cómo es Megan realmente, una persona con un pasado más relevante de lo que parece, con ganas de hacer cosas. No para de decir que quiere hacer esto, que quiere hacer lo otro, pero lo cierto es que en ningún momento hace realmente todo lo que tiene en mente, lo que acaba repercutiendo en los acontecimientos posteriores, relacionados con el misterio del libro.
Así, vamos avanzando en la lectura desde los puntos de vista de Rachel y Megan, algo que da mucho juego al libro, pero siempre con Rachel como protagonista principal. La historia de Megan más bien nos va complementando la de Rachel, al igual que hace la de Anna, cuya narración también aparece más adelante. La autora consigue así que comprendamos las acciones de estos tres personajes, tan diferentes entre sí, que entendamos por qué actúan o actuaron de determinada forma.
Entre la narración de Megan, que siempre se da anterior al presente de las otras dos, los vacíos de Rachel al no recordar las cosas o que a veces nos cuenta las cosas cuando ya han ocurrido, la trama se va volviendo algo confusa, aunque no lo suficiente como para impedir al lector que se entere de lo que está ocurriendo. La noticia de la desaparición de Megan es la que desencadena el misterio y la intriga, aunque el interés en la historia se mantiene desde el inicio.
La novela va adquiriendo entonces, además de ese toque trágico y desgraciado, cierta sensación de peligro, especialmente cuando se encuentra el cadáver de Megan. Entonces, cuando ya hay un misterio expuesto, el lector comienza a pensar en quién puede ser el asesino, al igual que Rachel. Los principales sospechosos obviamente son Scott y el psicólogo, y aunque podemos tener motivos para pensar que pueden no ser ellos, no hay muchos más personajes que conozcamos y que puedan serlo. Quizá el único del que lo podamos pensar sea el chico pelirrojo, pero en ningún momento nos podríamos haber hecho a la idea del verdadero asesino.
Aquí tengo la sensación de que la novela cambia de dirección. Por un lado tenemos a Rachel, su vida y sus problemas, con la que llevamos toda la lectura. Pero, de pronto, aparece un asesinato, y nuestra protagonista se dedica a investigarlo por su cuenta, sin tener ella nada que ver en el asunto, sin estar relacionada y sin preocuparse por ella misma y su situación, de que tiene cosas más importantes que resolver. La vida de Rachel nos conduce por completo hacia el misterio.
De esta manera, al involucrarse Rachel en todo esto, se consigue terminar de relacionar a todos los personajes unos con otros. Tenemos una especie de puzle con los personajes y los hechos, pero cuando finalmente Rachel recuerda el episodio de la noche de la desaparición de Megan, la resolución que toma la trama no me impresiona tanto como la autora pretende.
Y la razón por la que el final no me convence es que la autora nos ha ocultado deliberadamente toda la información relacionada con la verdad del misterio. ¿Cómo es posible que los lectores no supiéramos absolutamente nada de la relación entre Megan y Tom? Sí sabíamos la historia de Megan, nos ha narrado desde su punto de vista muchos capítulos, sabíamos su aventura con el psicólogo. ¿Por qué no también la de Tom? Nunca lo mencionó durante sus capítulos, y el único motivo de ello es para que los lectores no pudiéramos relacionar de ninguna manera a Tom con el asesinato, asegurando así la sorpresa final. Claro que es una sorpresa, es una sorpresa porque era casi imposible que pudiéramos pensar, sabiendo tanto como sabíamos, con la información que Megan nos dio, que hubiera podido haber algo entre ellos dos sin que se nos contara.
No puedo evitar decepcionarme un poco, porque eso… es trampa. Siento como si fuera trampa por parte de la autora. Lo mejor de este tipo de libros es que te logren confundir tanto como para que el lector no sepa la verdad, no logre encajar las piezas del puzle teniéndolas todas. Sin embargo, aquí era imposible que encajáramos las piezas del puzle, porque nos faltaba una, la más importante. Inevitablemente, la intención de la autora es asegurar la sorpresa, pero también es posible sorprender a los lectores dándoles toda la información necesaria. Además, es ilógico que eso se nos haya ocultado tan descaradamente, teniendo capítulos desde el punto de vista de Megan. Si toda la historia hubiera sido contada por Rachel, sí habría tenido sentido, pero no es el caso. De todas formas, el libro no pretende centrarse tanto en la resolución del asesinato como en las vidas y relaciones entre personajes, por lo que esto quizá no tenga tanta importancia al fin y al cabo.
El final, una vez desvelado el misterio sobre el asesinato de Megan, sí que nos lo podemos esperar. Tom tiene mucha más relevancia de lo que parecía en un principio, y muestra la conexión real que sí que ha tenido Rachel con todo este caso desde el comienzo, cuando parecía que no tenía nada que ver con todo lo ocurrido. Por último, la novela finaliza remarcando la conexión entre las tres narradoras del libro, Rachel, Megan y Anna, con un mismo personaje, con Tom.
La Chica del Tren, una historia dramática, un libro que consigue conmocionar al lector desde el inicio, ingenioso y adictivo, aunque a pesar de todo no entra dentro de mis best-seller favoritos.
¡Hola! Formo parte de la Iniciativa Seamos Seguidores y pasé por aquí para decir que ya te sigo, y que me gustaría mucho que también pudieras pasar por mi blog y quedarte en él.
dreamingbooksinrainydays.blogspot.com
¡Un beso!
P.D: Es una reseña increíble. Siempre tuve ganas de leer este libro pero solamente por las reseñas, porque así de primeras no me llama mucho la atención.
A mí me pasó que como ha tenido tantísimo éxito iba con unas expectativas muy altas que no se cumplieron del todo, o no era el tipo de libro que me esperaba. Aún así, es recomendable.
¡Un beso!
Hola!!! A mi este libro me gusto muchisimo porque a pesar de que se hace muy evidente quien es el asesino llegando a determinada parte del libro, mucho antes de que la autora lo escriba en el papel, tiene unos personajes y una historia que atrapa, desgarra, emociona y hacen que el lector desarrolle una empatia unica!
Eso es verdad, sobre todo lo de desgarrador. Hubo algunos momentos del libro que lo pasé realmente mal por la protagonista.
¡Un beso!
Hola!
De este libro he leído reseñas que les ha encantado y otras todo lo contrario… así que tengo ganas de leerlo, a ver qué me parece a mí.
Gracias por la reseña.
Un beso
A mí no es que no me haya gustado, pero tampoco me ha encantado. Una cosa intermedia. La verdad es que hay otros libros de este estilo que me han gustado más.
¡Un beso!