“La Guerra de los Cielos” es una de las sagas del universo de Fernando Trujillo y César García. “La Guerra de los Cielos Volumen 3” es el tercer volumen de los cuatro que componen la saga completa. Se trata de una saga de fantasía y ficción en la que en este tercer volumen la historia se consolida, las tramas avanzan y se van preparando para su resolución en el cuarto volumen de esta encarnizada guerra entre ángeles y demonios.
Como ya comenté en la entrada de “Recomendaciones”, este libro forma parte de un universo mucho mayor. Un universo en el que todos los libros están relacionados entre sí, pero que igualmente se pueden leer independientemente unos de otros, pues representan historias cerradas que forman parte de una historia global. Mi intención es encontrar las relaciones entre todos los libros y comentarlas en los análisis. Para no hacer spoiler de otros libros a la gente que sólo se haya leído el del análisis en cuestión, al final de cada análisis iré añadiendo un apartado en el que comentar todas esas relaciones a medida que vaya leyendo los libros, quizá editando en ocasiones un apartado final en entradas ya publicadas y escritas, e indicando previamente los libros a los que haga referencia.
SPOILERS
Si el primer volumen no fue más que un comienzo preparatorio para la que se nos venía y el segundo volumen narró la primera batalla entre ángeles y demonios de la que los demonios salieron victoriosos, este tercer volumen supone un gran avance en cada una de las tramas de la novela, que se van encauzando lentamente hacia la parte final de la saga, a falta aún de que la historia llegue a su cúspide y de la resolución global de la guerra, pues mientras en el segundo volumen los demonios ganaron la batalla, en este volumen no hay un claro vencedor, o esa es mi sensación.
Asimismo, este tercer volumen no se limita a narrar directamente la siguiente batalla de la guerra, sino que la historia nos relata ese parón que hay después de la batalla del volumen anterior y las estrategias que persigue cada bando para ganar. Mientras que los demonios se han visto limitados en sus refuerzos por la congelación de la niebla por parte de los neutrales, así como en la invocación de sombras y titanes, se disponen a decidir esta guerra en una última batalla en la que van a por todas con todo lo que les queda. Por su parte, los ángeles, que fueron derrotados y han perdido la Ciudadela, al contar con sanadores optan por la estrategia del desgaste y se atrincheran en una improvisada montaña desde la que lanzan ataques a sus enemigos.
Sin embargo, ambos bandos logran llevar a cabo determinadas estrategias para frustrar los planes de sus enemigos, donde los ángeles llevan cierta ventaja. Asius descubre al traidor que hay entre ellos, nada menos que Diacos, uno de los Justos, desestabilizando así el plan de los demonios de debilitar la runa de la montaña desde dentro, así como la estupenda estrategia de infiltrar al Yala de alas negras entre las tropas enemigas, aunque aún no sabemos cómo ha logrado llegar hasta allí. Asimismo, y según informa un demonio a Tanon, los ángeles también están contraatacando para recuperar la Ciudadela, algo que parecía imposible, pues los ángeles se encontraban atrincherados en las demás Esferas.
Pero en ese volumen no destaca tanto la trama de la guerra en sí como las tramas individuales de los personajes, que se roban todo el protagonismo. Asius es uno de los personajes que más evoluciona en este volumen, y es que la presión de la guerra le está pasando factura. Mientras que en los dos volúmenes anteriores se nos presenta a Asius como un personaje muy sensato y sereno, que mantiene la cabeza fría a pesar de la situación, en este volumen el personaje pierde esa paciencia y frialdad que le caracterizaban y se ve dominado por la ira en varias situaciones, tal y como le remarca Renuin, pero sin perder en ningún momento la sensatez y la inteligencia. Esto hace que al final de este volumen, y tras la cólera que lo invade, le invada cierta depresión y melancolía que le hacen renunciar a su puesto de Consejero e ir a enfrentar a Tanon él solo. Su arco es muy coherente, lo que no hace que sea menos doloroso ver a un personaje tan guay como él, que consiguió devolver la luz a la Ciudadela en la primera batalla, organizar las tropas de los ángeles cuando éstos más lo necesitaban y desenmascarar al traidor al inicio de la segunda, llegar a ese punto de tristeza e impotencia en el que sólo Vyns sale en su defensa. Es cierto que la guerra ha sacado lo peor de él, pero no hay que olvidar precisamente eso, que es una guerra, y que sus acciones de matar a Diacos o querer matar a Still, si bien más propias de los demonios, no carecen de la lógica estrategia de la misma.
Si Asius es el cabeza de los ángeles, el líder absoluto de los demonios es Tanon, especialmente tras la muerte o captura de los demás barones. Al igual que Asius, en este volumen vemos a un Tanon algo menos seguro, que no menos confiado, al que los ángeles sorprenden primero desenmascarando al traidor que le ayudaba, con la trampa en el intercambio de Renuin y Still y finalmente con esa información de que los ángeles tratan de retomar la Ciudadela por otro frente. A pesar de todo, y aunque no cuenta con la inteligencia de Still y Dast para tomar decisiones, demuestra ser un gran líder y lleva el ritmo de la batalla de manera impecable.
Por su parte, la subtrama de Renuin y Still se vuelve cada vez más interesante, y ambos parecen estar más centrados en su propio drama romántico que en la guerra en sí. El volumen nos deja además en un punto muy interesante entre ellos en el que Renuin afirma que morirán juntos, lo que nos deja con las ganas de saber qué pasará finalmente con esta pareja.
Al igual que en el volumen anterior, la trama de Jack, representante de los menores, y Sirian, líder de los neutrales, supone cierto descanso en la narración de la guerra entre ángeles y demonios, además de aportar una perspectiva muy interesante de la historia. A pesar de que el plan original de ambos bandos era cerrar las puertas del Infierno y así impedir la salida de los demonios que quedaban dentro, el final del volumen nos deja ver que en realidad las intenciones de Jack y Sirian son otras, aunque no termina de quedar muy claro qué es lo que pretenden en realidad, algo que ha supuesto engañar al comandante Gordon y a su gente, que se jugaron la vida para modificar la runa de Yala.
Y a pesar de que todo lo anterior es de lo más emocionante, una de las tramas más interesantes de esta novela es la estancia de Nilia, Lyam, Yala, Raven y Rick en el Agujero. Es muy curiosa la forzada alianza que se ven obligados a formar estos personajes tan diferentes entre sí, y además siendo enemigos. Las partes de la novela que pasamos en el Infierno se convierten en una lucha por la supervivencia en la que se profundiza en los personajes y podemos conocerlos un poco mejor. Destaca especialmente esa conversación entre Lyam y Nilia en la que el sanador hace ver a la demonio que su manera de luchar les perjudica y cómo después ella cambia su modo de pelea, demostrando que, a pesar de su carácter solitario y altivo, no solo ha escuchado las palabras del ángel sino que ha reflexionado sobre ellas. Esto hace que la posterior muerte de Lyam a manos de Nilia sea más dolorosa, pues como Lyam piensa antes de morir, Nilia no lo habría matado si él no hubiera descubierto ese misterioso secreto de los demonios que a los lectores no se nos da el privilegio de conocer en este volumen. Asimismo, también Yala, Rick y Raven tienen sus momentos, destacando que Rick pasa a formar parte de Yala, algo que ha dado lugar a su supervivencia. La lectura no ha dejado muy claro qué ha ocurrido finamente con estos personajes, pues lo último que leemos de ellos es que están en la ciudad del Infierno, pero Yala aparece poco después entre las tropas de los demonios que están en el Nido.
En esta parte del Infierno se nos proporciona además información sobre algunos misterios de la saga, sobre todo por parte de Raven, si bien su resolución queda aún lejana. La muerte del Viejo ya resulta chocante por sí misma, pero el hecho de que Raven haya sido el responsable de esa muerte nos sorprende aún más. La incógnita sobre quién es realmente Raven, quién fue en la época anterior a la Onda y cómo consiguió acabar con la vida del ser responsable de la creación nos deja con unas ganas tremendas de conocer más sobre este personaje. Y no sólo resulta sorprendente el hecho de enterarnos de la muerte de Dios, sino que además descubrimos que Raven estaba con dos personas más en ese momento, y una de esas personas es un niño, un niño que se encuentran en mitad del Infierno.
Sin duda este es el hecho más sorprendente y descolocante de toda la lectura. ¿Qué hace un niño en mitad del Infierno? ¿Cómo ha podido llegar hasta ahí y sobrevivir en ese ambiente, que tan peligroso y hostil nos han demostrado que es? Sin duda, es algo que nadie se espera en una lectura de estas características. Es un hecho extrañísimo, casi surrealista, que le aporta un misterio y una sorpresa muy disfrutable a la lectura, pues si ha aparecido un niño en mitad del Infierno, ya nos esperamos cualquier cosa.
Mención especial merece la descripción del Infierno. Si en el volumen anterior se nos presentó el Nido, un escenario algo distinto de la imagen que todos tenemos del Cielo, en este volumen se nos presenta el Agujero, que se distancia por completo de la clásica imagen que todos tenemos del Infierno. En este Infierno no hay fuego, en cambio, hace un frío tan extremo que un humano sería incapaz de sobrevivir, aunque sí hay monstruos, representados como sombras y titanes, y es un lugar tan peligroso y horrible como cualquiera imaginaría. Muy original es la imagen que nos hace la lectura de este lugar, como una enorme espiral que va ascendiendo lentamente hacia arriba, hacia la salida, dando lugar en su hueco al temible agujero que le da el nombre, así como los círculos que construyen en su centro los demonios para lograr sobrevivir. Increíblemente imaginativo.
Por último, cabe destacar la subtrama de Capa. El personaje se distancia de la guerra desde que sigue a Sirian hacia el plano de los menores, y desde entonces no ha parado de hacer cosas que son un auténtico misterio para los lectores. Al igual que Nilia, el personaje lleva su propio ritmo y tiene sus propios intereses, unos intereses que aún desconocemos y que no deja ver entre su enrevesada palabrería. Si bien en los volúmenes anteriores Capa parecía un personaje más bien anecdótico o secundario, en este tercer volumen adquiere una gran importancia en sus diversas apariciones, entre las que destacan la triste muerte de Rylan y su última aparición entre los ángeles, en la que demuestra unos recién adquiridos poderes y afirma ser el Viejo. ¿Cómo ha conseguido Capa estas habilidades? ¿Cómo ha logrado recuperar las alas y poder volar con ellas? ¿Qué pasó entre él y Sirian? ¿Por qué da tanta importancia al que denomina su hijo, ese hijo de Robbie y Ángela? Sin duda, Capa es uno de los personajes más carismáticos y misteriosos de la lectura, y un personaje que se está convirtiendo en clave para esta historia junto con Raven.
Si bien se nota que esta saga fue la primera que escribieron los autores de su universo, pues en las siguientes novelas mejoran sobre todo en la profundización de los personajes, no quita que esta saga resulte sorprendente, original disfrutable y épica. “La Guerra de los Cielos” va mejorando volumen tras volumen, y este tercer tomo se reserva todas sus resoluciones de las tramas y los misterios para el siguiente, dándonos la información justa para dejarnos con la miel en los labios y engancharnos por completo a esta emocionante saga.
CONEXIÓN CON OTROS LIBROS:
En este tercer volumen de “La Guerra de los Cielos” podemos hallar referencias a estas otras novelas (no leer la conexión si no se ha leído dicha novela):
La Prisión de Black Rock
Además, en el tercer volumen de “La Guerra de los Cielos” tenemos un cameo del jefe Piers y de su porra Carlota, que nos dice que Raven fue un presidiario de Black Rock.
Los niños pequeños Nelson y Rylan que salen en el avión cuando viaja Stacy aparecen en el primer volumen de “La Guerra de los Cielos” y ambos son científicos.
La escena final de “La Prisión de Black Rock” en la que hay colores en el cielo y los seres vivos quedan congelados es el fenómeno de la Onda, con el que empieza “La Guerra de los Cielos”. Jack Kolby afirma en el tercer volumen de “La Guerra de los Cielos que él estuvo presente cuando ocurrió la Onda. ¿Fueron Tedd y Todd los responsables de la Onda?
En este último volumen Stewart aparece sin la barba, y se describe que tiene una nariz prominente… como la de Raven. ¿Es posible que sean el mismo personaje? El jefe Piers nos dice en este volumen que Raven fue un presidiario de Black Rock, y que no le trató muy bien, por lo que tiene sentido.
Hay otro guiño cuando Susan dice que Jack Kolby empezó su fortuna en los tiempos anteriores a la Onda, y que la consiguió jugando al póquer.
La Biblia de los Caídos

—Oye, Todd, esta persona ha leído la entrada y no ha publicado ningún comentario.
—Espera un poco, Tedd. Dale tiempo para que pueda escribirlo.
—No escribe nada, Todd. Que le haya gustado y no nos lo diga me pone de mal humor.
—Tranquilízate, Tedd. No es bueno para tu salud que te estreses.
—De acuerdo, Todd. Pero acuérdate de decirle que no incluya spoilers de otros libros en los comentarios de esta entrada.