La Prisión de Black Rock Volumen 2, de Fernando Trujillo y César García

“La Prisión de Black Rock” es una de las sagas del universo de Fernando Trujillo y César García, y se sitúa temporalmente diez años después de los hechos ocurridos en “El Secreto de Tedd y Todd”. “La Prisión de Black Rock Volumen 2” es el segundo volumen de los ocho que componen la saga completa. De lectura amena y ligera, cada volumen se lee rápido, debido también a su corta extensión. Este volumen 2 supone la continuación del volumen 1, presentándonos nuevos escenarios, hechos y personajes de esta nueva historia que poco a poco se irá consolidando con el resto de los libros de los autores.

Como ya comenté en la entrada de “Recomendaciones”, este libro forma parte de un universo mucho mayor. Un universo en el que todos los libros están relacionados entre sí, pero que igualmente se pueden leer independientemente unos de otros, pues representan historias cerradas que forman parte de una historia global. Mi intención es encontrar las relaciones entre todos los libros y comentarlas en los análisis. Para no hacer spoiler de otros libros a la gente que sólo se haya leído el del análisis en cuestión, al final de cada análisis iré añadiendo un apartado en el que comentar todas esas relaciones a medida que vaya leyendo los libros, quizá editando en ocasiones un apartado final en entradas ya publicadas y escritas, e indicando previamente los libros a los que haga referencia.
 
SPOILERS
 

En “La Prisión de Black Rock Volumen 2” la historia continúa justo donde lo dejó el Volumen 1. Sin embargo, nos introduce bastantes personajes nuevos que se mezclan en la historia con los que conocimos en el volumen anterior. El primero es Sonny, el joven del ojo de cristal cuyos fines son una verdadera incógnita para el lector. La lectura inicia presentándonos a su madre en coma, un misterio que está por resolver, y a Sonny tomando la decisión de desconectarla después de casi diez años, sin que sepamos por qué. Sin embargo, Sonny parece ser una buena persona que ayuda a los demás si considera que están siendo víctimas de una injusticia, como sucede en su encuentro con Lucy y Stanley. Pero más adelante, sin que nos lo esperemos, Sonny asesina a Derek, el agente del FBI y padre de Alice, tirándolo por la ventana del restaurante del rascacielos. Son muchas las incógnitas que rodean a este nuevo personaje. ¿Por qué su madre está en un coma tan extraño? ¿Por qué tiene un ojo de cristal? ¿Por qué parece ser buena persona, pero luego tira a sangre fría a un inocente por la ventana de un piso noventa y cinco? ¿Qué sabe de Black Rock?

Un personaje al que se mencionó en el volumen anterior pero que no había aparecido aún es Dylan Blair, el ciego alcaide de la prisión, que se nos presenta en este volumen con una jovialidad y despreocupación que le caracterizan. Le vemos desenvolverse muy bien en diversas situaciones a pesar de su ceguera, y mantiene relaciones con Wade para que capture a diversas personas, como Teagan, el testigo al que protegía Derek y que asesinaron, involuntariamente, en el volumen anterior. Curiosamente, su cadáver acaba en el depósito en el que trabaja Paul Miller, y que le da un susto de muerte al resucitar en medio de su autopsia. Pobre Paul Miller, si no tenía bastante con la jugada de Randall en el volumen anterior, ahora tiene la desgracia de encontrarse con semejante percal. Pero, ¿cómo es posible que resucite un muerto? La novela va dejando ciertos toques fantásticos que hacen que cualquier cosa sea posible.

A Randall tampoco le va mucho mejor. Por fin conocemos algo más acerca de su pasado, sobre un laboratorio en el que hacían toda clase de experimentos y torturas con él y otros, aunque aún no sabemos qué estaban buscando ni por qué lo hacían. De su conversación sólo sacamos en claro que hay más personas como Randall y, a pesar de ello, él es especial de algún modo. Finalmente, Zeta y el chico dan con él en la óptica, dejándolo sin pulso.  Por otra parte, Zeta y el chico aparecen en la conversación que mantienen Andrew y Rachel, nuevos personajes de este volumen. Los dos huyen de algo, se esconden cada uno a su manera de alguien que los quiere capturar, y se da a entender que son el chico y Zeta quienes los están rastreando, al igual que a Randall, aunque desconocemos el fin.

Algo muy original de estas novelas es el cruce de personajes que se da en distintos momentos. Por ejemplo, Dylan se encuentra en un callejón con tres gamberros a los que da una simpática paliza, y que luego van a toparse con Andrew, que también se libra de ellos con bastante gracia.  Otro momento es en el que Sonny se choca con Lucy cuando ésta sale del supermercado con la compra, y que al caer mancha el traje del abogado Stanley. En la lectura vivimos ese mismo momento desde el punto de vista de cada personaje, y los momentos anteriores y posteriores al cruce, al principio sin saber muy bien quiénes son los otros implicados, pero que más o menos se pueden reconocer por su descripción física. Es un aporte muy divertido y original a la lectura. Hablando de Stanley, lo último que sabemos de él es que la hija de Kevin, Stacy, lo está apuntando con una pistola, y al igual que Randall, no sabemos si se va a librar de ésta.

Por otro lado, seguimos las andaduras de Kevin, Elliot y Stewart (que posee la curiosa locura de no soportar que alguien pise o tenga contacto con su sombra), en Black Rock, donde sucede algo de lo más curioso: Kevin se encuentra con alguien exactamente igual a él, sólo que moreno y con los ojos azules. Cuando Dylan se encuentra con Wade, le manda a capturar a un tipo idéntico a otro que ya capturó en otra ocasión. ¿Qué significa que haya dos pares de personas iguales, pero con distinto color de pelo y ojos? ¿Los están, como dice Elliot, coleccionando?

En cuanto a escenarios, en este volumen por fin conocemos el de la prisión de Black Rock. De momento no parece variar mucho de una cárcel normal, salvo por el hecho de que es triangular, como observa Kevin, pero está claro que aún queda mucho por conocer.

“La Prisión de Black Rock Volumen 2” continúa agrandando la historia del Volumen 1, introduce nuevos personajes y nos da más información sobre ellos. Sin embargo, es de esas historias en las que cuanto más sabemos, menos comprendemos, haciendo de ésta una estupenda novela de intriga.

CONEXIÓN CON OTROS LIBROS

En este segundo volumen de “La Prisión de Black Rock” podemos hallar referencias a esta otra novela (no leer la conexión si no se ha leído dicha novela):

El Secreto de Tedd y Todd

Por un lado, tenemos el encuentro en Londres de Sonny con un hombre alto que va en una extraña silla de ruedas plateada de respaldo alto, que no puede ser otro que Aidan, y que observa el lugar en el que antes se alzaba el Big Ben aproximadamente unos ocho años antes (puesto que Sonny tiene en este volumen 26 años y nos cuenta que el Big Ben se derrumbó cuando él tenía 18). ¿Por qué el Big Ben ya no existe? ¿Por qué se derrumbó y no pudieron reconstruirlo? Lo más probable es que Tedd y Todd tengan algo que ver, pues el famoso reloj era clave en los “asuntos” que tenían en Londres. Pero entonces, ¿por qué Aidan sigue en la silla de ruedas? ¿Qué pasó con su partida? Por el atisbo de tristeza que Sonny detecta en sus ojos, puede que no le fuera muy bien. ¿Qué ha pasado en esos diez años de diferencia entre “El Secreto de Tedd y Todd” y “La Prisión de Black Rock”?
Por otro lado, tenemos a Dylan, que ha pasado de ser un excéntrico millonario inglés a alcaide ciego de una prisión de Chicago. ¿Por qué Dylan ahora es ciego? ¿Qué tiene de particular su ceguera? Él tenía un trato con Tedd y Todd en el que participaría en las partidas de Londres cuarenta años después de los hechos de “El Secreto de Tedd y Todd”, por tanto, ¿qué se trae ahora entre manos con la prisión de Black Rock?
Un guiño muy interesante ocurre cuando Dylan está jugando al póquer en el local de Wade y hace referencia a James White, su amigo en “El Secreto de Tedd y Todd”, quien tenía la curiosa idea de que la vida es apestosa y le enseñó a jugar al póquer y a hacer trampas. Además, relata la verdad sobre lo que le pasó a James White, que se convirtió en mujer y un tipo en silla de ruedas lo atravesó con una espada. Poco se imaginaba la gente del local que esa historia era cierta.
Y, por último, eso de que Kevin y Dorian sean exactamente idénticos, pero con distinto color de pelo y ojos, ¿no os recuerda a algo?

Agua Roja

En este volumen, Paul Miller recoge del depósito de cadáveres el cuerpo de un hombre gordo al que le falta una oreja. Todo apunta a que se trata del mismo gordo que en este libro intenta secuestrar a Dani, siendo Dani el que le arranca la oreja.

Accordion Tab Title 3

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—Oye, Todd, esta persona ha leído la entrada y no ha publicado ningún comentario.

—Espera un poco, Tedd. Dale tiempo para que pueda escribirlo.

—No escribe nada, Todd. Que le haya gustado y no nos lo diga me pone de mal humor.

—Tranquilízate, Tedd. No es bueno para tu salud que te estreses.

—De acuerdo, Todd. Pero acuérdate de decirle que no incluya spoilers de otros libros en los comentarios de esta entrada.

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