“La Prisión de Black Rock” es una de las sagas del universo de Fernando Trujillo y César García, y se sitúa temporalmente diez años después de los hechos ocurridos en “El Secreto de Tedd y Todd”. “La Prisión de Black Rock Volumen 7” es el séptimo volumen de los ocho que componen la saga completa. De lectura amena y ligera, cada volumen se lee rápido, debido también a su corta extensión. En este volumen 7 por fin descubrimos cuál es el gran secreto de Black Rock, lo que nos hace entender la mayor parte de los misterios de todos los volúmenes anteriores, lo que hace que todo aquello que no tenía sentido o explicación encaje a la perfección en la trama, quedando aún por descubrir su resolución.
Como ya comenté en la entrada de “Recomendaciones”, este libro forma parte de un universo mucho mayor. Un universo en el que todos los libros están relacionados entre sí, pero que igualmente se pueden leer independientemente unos de otros, pues representan historias cerradas que forman parte de una historia global. Mi intención es encontrar las relaciones entre todos los libros y comentarlas en los análisis. Para no hacer spoiler de otros libros a la gente que sólo se haya leído el del análisis en cuestión, al final de cada análisis iré añadiendo un apartado en el que comentar todas esas relaciones a medida que vaya leyendo los libros, quizá editando en ocasiones un apartado final en entradas ya publicadas y escritas, e indicando previamente los libros a los que haga referencia.
Cuando leí por primera vez el primer volumen de “La Prisión de Black Rock”, no me esperaba para nada que la historia tomara este rumbo. Supongo que esperaba un thriller sobre una cárcel, con convictos como protagonistas, y con ciertos toques de miedo y misterio, incluso terror, pero algo normal dentro de estos géneros. Ni siquiera sabía que formaba parte de un universo que compartía con otras novelas. Por eso, me sorprendió mucho encontrarme con una historia que poco tenía que ver con lo que había imaginado viendo el título, las portadas y la sinopsis, lo que terminó siendo una maravillosa sorpresa que además me hizo descubrir el universo de estos autores.
SPOILERS
De Black Rock me fascinó que la trama avanzara con escenas que podían resultar incoherentes, extrañas, sin sentido, pues no tenían explicación en ese momento. Y que, al seguir avanzando, nos encontráramos con más escenas así, en las que ocurren hechos cada vez más raros, pero sin aclaración ninguna a medida que avanzan los volúmenes. El lector sabe que todo forma parte de un misterio mayor, global, y la intriga se mantiene hasta prácticamente el final de este volumen, cuando se desvela. Es un delicioso y complejo rompecabezas al que ir dando vueltas volumen a volumen, que mantiene al lector en vilo, que le hace pensar e idear teorías intentando acertar o adivinar este gran misterio. Aun así, este misterio se puede simplificar un poco si leemos con antelación “El Secreto de Tedd y Todd”, cosa prácticamente imprescindible si queremos disfrutar de esta novela sin que “La Prisión de Black Rock” nos haga un inevitable y necesario spoiler, tal y como advierte el autor en el epílogo de uno de los anteriores volúmenes.
Esta saga me enganchó tanto que en su momento no pude evitar dar vueltas y más vueltas al asunto de los clones, los diferentes colores de pelo, ojos, anillos de Black Rock, Randall y demás misterios, hasta que tras la lectura del quinto volumen se me encendió la bombilla y elaboré con infinito entusiasmo una teoría que posteriormente compartí como comentario a una publicación en el Club de Lectura de Facebook de Fernando Trujillo.
En aquel momento era sólo una teoría, ni siquiera el volumen 6 estaba aún publicado, por lo que no consideré que pudiera hacer un spoiler con mis conclusiones, porque ni yo sabía si eran acertadas, cosa que después de leer este séptimo volumen descubrí que sí. Aunque la mayor parte de los lectores daban por hecho que tenía que tratarse de un juego de Tedd y Todd, creo que fui una de las primeras personas de las que compartió su teoría que pensó en las cartas y más concretamente en póquer, cosa que me hizo muchísima ilusión y que me hizo sentirme identificada con el epílogo de este volumen, en el que el autor dice que algunas personas adivinaron que algunos personajes eran cartas de póquer y lo compartieron en el club.
Sin embargo, si no hubiera leído “El Secreto de Tedd y Todd” y pensado en un juego que pudiera casar con todo lo que ocurre en Black Rock en estos volúmenes, jamás habría acertado que los clones pudieran ser cartas de una baraja ni que los alcaides de cada prisión estuvieran jugando al póquer con ellos. Y, además, esto es sólo el misterio de Black Rock, pero en absoluto lo es todo en esta historia, pues aun conociéndolo, quedan muchas cosas y misterios por aclarar. Por ejemplo, no tengo ni idea de cómo encajar la crucifixión de Kevin en todo esto, o la de Elliot, o que se vea a sí mismo, o su cuerpo, crucificado aún en la cruz.
Al igual que ocurre con el misterio de “El Secreto de Tedd y Todd”, el póquer está tan bien camuflado en esta saga que es muy complicado caer en la cuenta (si no se va buscando un juego) de que los clones son cartas hasta prácticamente este séptimo volumen, el sexto si me apuráis. Y mira que se han hecho referencias al póquer en esta saga, de hecho, el juego se menciona varias veces en los primeros volúmenes. La mayor pista de ello son el cambio de color de pelo y ojos, pero hay tantos otros misterios en Black Rock que las pistas para identificar las cartas se camuflan muy bien. Al igual que en “El Secreto de Tedd y Todd”, la complejidad radica en que los autores saben dosificar la información que van dando en cada volumen con gran acierto, pues dan la suficiente como para ir descubriendo cosas nuevas y mantener la intriga en cada volumen, pero no la bastante como para caer en la cuenta del misterio de un momento a otro, y eso es algo brillante que convierte esta saga, al igual que su precuela, en una historia absolutamente disfrutable.
En este volumen alcanzamos la resolución del mayor misterio de la saga, un misterio que nos trae de cabeza prácticamente desde el primer volumen. No paran de pasar cosas que no tienen mucho sentido, que no sabemos por dónde coger, y cuantas más sabemos o creemos saber, menos entendemos. Hasta que, por fin, nos desvelan qué es eso que está ocurriendo y en un instante encajamos todas las piezas, y todo aquello que era inentendible por fin cobra sentido. Ahora encaja que sean cuatro clones de la misma persona, pues la baraja tiene cuatro palos, definidos por el color de ojos de cada uno de ellos. Andrew comenta a Rachel que su rol no es la fuerza, sino la suerte, debido al color de sus ojos, que son verdes, al igual que Elliot, lo que significa que son del mismo palo. Ahora tiene sentido que todos tengan el pelo o moreno o pelirrojo, que cada uno se tenga que poner el anillo en un dedo en concreto, dependiendo del número que sean, que sólo haya cuatro mujeres entre ellos que tengan que llevar una diadema. Igualmente, ya sabemos que las voces que se oían por la noche en el bosque de Black Rock y las manos que sintió Kevin debían de ser los fantasmas. La conexión entre Kevin y Dorian o la visión de futuro de Kevin también quedan más o menos explicadas. Resulta que el que le enseñó el futuro fue el hombre del traje negro, que a su vez parece ser que fue el Santo. Por fin sabemos en qué consisten los juegos de Black Rock que organiza Dylan, y no es otra cosa que una pelea entre barracones para entrenarse para capturar los fantasmas. También queda resuelto el misterio de Randall y su hermano, que son los comodines de la baraja, y por eso son calvos y de ojos blancos, para poder así adoptar la forma de cualquiera de ellos. Quién iba a imaginarse en el volumen 1, cuando conocimos a Randall y supimos que podía “leer” a las personas, que eso se debía a que era un comodín de una baraja humana. Aun así, aún quedan muchos detalles por pulir y que no quiero adelantar demasiado para no considerarlo spoiler del volumen 8, pero que se pueden ya deducir con facilidad, como que tengan personalidades definidas, quién es realmente el hombre del traje negro y por qué Elliot y Kevin se reflejaban como él en el espejo aquel, pero Sonny y Stewart no. Lo repasaremos bien todo en el análisis del volumen 8.
Otras cosas que descubrimos es que los guardas de Black Rock sólo pueden estar donde haya runas. Además, Óscar nos aclara que los muertos no son muertos como tal, son almas. Por otro lado, el asunto de la madre de Sonny, Janice, queda un poco difuso aún. Al menos sabemos que hizo un trato con Tedd y Todd y por eso pudo tener a su hijo, y que su coma está relacionado con el Big Ben. El hecho de que haya despertado parece indicar que Sonny está en peligro, aunque luego descubrimos que lo que quiere es ser alcaide de Black Rock.
Resumiendo, Dylan, Karen y Jack son tres de los alcaides de las cinco prisiones de Black Rock que hay en diferentes lugares, como Chicago, Alemania o Londres, que juegan al póquer con una baraja humana creada por Óscar, apuestan almas y buscan vencer a sus oponentes, siempre siguiendo las normas dictadas por Tedd y Todd, los creadores y responsables de todo esto. Es una verdadera genialidad.
Y Dylan pretende hacer trampas. Cuando les ordena que se pongan en fila y les van dando palizas, lo que han hecho en realidad es barajarlos y que ellos solos se ordenen para repartir una mano trucada. ¿Funcionará? ¿Conseguirá Dylan vencer de esa manera a Karen? Sonny ha tenido que descubrirlo en el tiempo que lleva en Black Rock, ¿qué es exactamente lo que le hace cambiar de opinión y dejar de trabajar para Karen, querer ser alcaide de Black Rock? El despertar de su madre en coma ha sido algo determinante para el futuro del personaje. Y, por cierto, ¿cómo ha conseguido Dylan formar su propia baraja? ¿Ha tenido la ayuda de Óscar? ¿Cómo ha podido hacerlo sin que se enteren Tedd y Todd? Y si Karen estuvo casada con Kevin, y experimentó con Andrew, Rachel o Randall, que forman todos parte de la baraja trucada por Dylan, y se supone que hay otra baraja que es con la que juegan en realidad, ¿cómo es posible que Karen no sepa que Dylan está haciendo trampas? Aún quedan muchas cosas por explicar.
Sin duda, este volumen 7 ha llegado al clímax en todas las tramas que conducen esta saga, y todos los personajes se encuentran en sus peores momentos. El volumen anterior supuso el final de Alice y Stanley, y Stacy pasa por su momento más crítico tras enterarse de que Kevin no es su padre biológico. El jefe Piers está hundido tras el rechazo de Carlota, y Wade tampoco está muy contento con la fiesta que hay en su local. Más de lo mismo sucede con Aidan, que queda destrozado tras verse obligado a asesinar a Alice. El chico de pelo rubio, tras el desengaño que ha tenido con Tedd y Todd, habla con un fantasma que hay en una jaula y decide ir en busca de Ramsey (gran parte de la conversación de este chico con el fantasma y con el cura tiene relación con otros libros de la saga y se entiende mejor si se han leído con anterioridad). Por otro lado, Randall encuentra las respuestas que llevaba toda la vida buscando antes de verse atraído hacia el resto de la baraja, sembrando el caos a su paso. Se encuentra con Paul Miller, que está en el psiquiátrico, y parece que Chester va a correr su misma suerte. Stewart demuestra una vez más saber mucho más de lo que aparentaba en los primeros volúmenes, nos da algún dato relevante sobre él, como que antes cambiaba de forma, y se convierte en presa de posesión de dos fantasmas. El único que parece feliz pase lo que pase es Elliot, debido a su particular forma de ser, aunque está por ver cómo reaccionará cuando se entere de lo de Alice.
En definitiva, la saga “La Prisión de Black Rock” está demostrando ser una serie estupenda de intriga, que hace que el lector forme parte de la lectura, y que lo engancha y sumerge en este maravilloso misterio, en parte ya desvelado, y que conforma una trama, a su vez formada por varias subtramas entrelazadas entre sí, tremendamente original, compleja y sorprendente.
CONEXIÓN CON OTROS LIBROS:
Si en el volumen 6 ya había muchas referencias a otros libros del mismo universo, este volumen 7 se supera. Las referencias a otras novelas son abundantes. La conversación entre el chico y el cura y las menciones de Óscar a Ramsey y al chico son algunos de los ejemplos en los que se demuestra que las historias de los distintos libros convergen entre ellas.
En este séptimo volumen de “La Prisión de Black Rock” podemos hallar referencias a estas otras novelas (no leer la conexión si no se ha leído dicha novela):
El Secreto de Tedd y Todd
Así que ya sabemos de dónde sacaron Tedd y Todd las piezas del juego de esta novela. Resulta que, según Óscar, los cuerpos que creó anteriores a Randall, y que no salieron bien, se emplearon como piezas en el ajedrez de Londres. Aunque en esta novela no parecían ser muy “defectuosas” como tal. Alguno logró concebir un hijo, al igual que Elliot, y James White era consciente de lo que era (las referencias a él son una constante ya en esta saga), pero nada más que nos haga pensar que son piezas anteriores a Black Rock que no salieron bien.
James White y Dylan aparecen jugando al póquer en esta novela, así que ya sabíamos dónde y cuándo aprendió Dylan a hacer trampas.
Otro guiño es que Óscar tiene al fantasma de Lance, el policía colega de Aidan en esta novela.
Además, Óscar especifica que estos fantasmas no son muertos, son almas. Según “El Secreto de Tedd y Todd”, Tedd y Todd son coleccionistas de almas, y se quedaban con el alma del perdedor de la partida de ajedrez. Por lo tanto, tiene mucho sentido que las almas sean las apuestas de los alcaides.
Y otro guiño es que aparecen Ramsey y su móvil, en el que suena una canción de Iron Maiden, probablemente la misma que interrumpió el funeral de Lance.
La Biblia de los Caídos
Stewart dice que antes cambiaba de cuerpo. Esto recuerda al personaje de Plata, que pasaba de un cuerpo a otro en esta novela. ¿Es posible que sea el mismo personaje? ¿Por eso sabe tanto y Tedd y Todd le dan un trato especial?
Además, en este séptimo volumen de Black Rock tenemos muchas menciones a los personajes de esta novela. El chico rubio, que podemos deducir que es Diego, menciona que tuvo un amigo que pasó la vida confesándose y que no le sirvió de mucho, en una clara referencia al Gris. Hay otra referencia al Gris cuando Óscar dice que una vez hubo una persona que no tenía alma. Además, habla con un fantasma moreno y atractivo que hay en una jaula, que le dice que él ya estaba muerto, y que no puede ser otro que Alex. También se menciona a Plata. Pero el chico dice que va en busca de la única persona que queda de su época, Ramsey. Así que una de dos, o el chico no sabe que Stewart es Plata o no lo es en realidad. También vuelve a aparecer el negro gigante, que escribe runas y abre una escalera que lleva a Randall hasta Óscar.
Asimismo, Óscar habla de una época en la que las reglas eran diferentes y estaban recopiladas en un libro. ¿Otra referencia a la Biblia?
Por último, la madre de Randall habla sobre hombres lobo, vampiros y magos, y dice que ella es bruja. Esto refuerza la conexión entre las diferentes sagas y libros de los autores formando parte todos de un mismo universo.
En cuanto a la línea temporal del universo, este séptimo volumen de Black Rock es clave para su determinación. Parece obvio que los hechos de “La Biblia de los Caídos” fueron muy anteriores a “El Secreto de Tedd y Todd” y por supuesto a “La Prisión de Black Rock”.
El Secreto del Tío Óscar
Randall se encuentra con Óscar, que le dice que él ya murió una vez, en un coche. Efectivamente, en “El Secreto de Tío Óscar” descubrimos cómo fue reamente la muerte de Óscar. Además, podemos ver a qué se dedicó el tío Óscar después de esta novela. Sin embargo… ¿cómo es posible que Óscar esté vivo después de haber muerto? ¿Ha resucitado? ¿Cómo lo ha hecho? ¿Han sido Tedd y Todd? Tedd es el que regala el Escarabajo a Óscar, que le permite comunicarse con Lucas después de morir, y Óscar afirma a Randall que trabaja para Tedd y Todd, por lo que es muy posible que Tedd y Todd estén detrás de todo.
La Guerra de los Cielos
Los fantasmas del médico y del gordo discuten sobre el cielo y el infierno, sobre si allí hará frío o habrá llamas, en un claro guiño a esta saga.
Randall ve que las antorchas de la sala de mármol donde encuentra a Óscar tienen runas y no emiten sombras, tal y como sucede en el Nido.
Dylan hace mención a los ángeles cuando habla con Wade. Las referencias a ángeles, el cielo y el infierno en esta saga de Black Rock son constantes.
Ramsey intenta deshacerse de su móvil, que suena con una canción de Iron Maiden en el psiquiátrico que investiga Randall.
Sal de mis Sueños
Por la conversación de Óscar con Randall, vemos que conoce muchas cosas sobre Black Rock, además de sobre otras sagas de este universo, claro que él ya soñó con ellas. Incluso aparece la sinopsis de este libro en este volumen.
La Última Jugada
Obviamente la referencia a esta novela es el propio juego del póquer en sí.
Herederos del Cielo

soy kuyoska, tengo una duda, como es que Oscar tiene el alma de Lance? se que a petición de Dylan, pero no se supone que solo se quedan las almas de las personas que hacen trato con tedd y todd? como habrán obtenido Tedd y Todd el alma de Lance?
Saludos
¡Hola Kuyoska!
Pues no lo tengo del todo claro. Quizá tomaron el alma de Lance tan sólo por la petición de Dylan, o puede que fuera porque Lance sabía demasiado sobre sus asuntos en Londres. En "El Secreto de Tedd y Todd" sí se da a entender que solo se quedan las almas de las personas con las que hacen trato, pero quizá en Black Rock no se limiten a tomar tan sólo esas almas.
¡Una pregunta muy interesante!
¡Saludos!