Siguiendo la actual moda de distopías juveniles, no puede faltar en nuestra lista “La selección” de Kiera Cass. Un futuro Estados Unidos llamado Illéa en el que la sociedad se divide en números, llamados castas, desde los Unos, formados por la monarquía, hasta los Ochos, mendigos y vagabundos. A pesar de ello, no se nos presenta un mundo demasiado futurista, más bien al contrario. Más que una distopía la historia bien podría desarrollarse en una línea de tiempo alternativa. Aún así, y sin tener la mejor trama del mundo, este primer libro de la saga, con una divertidísima protagonista, consigue ser lo suficientemente entretenido e interesante como para engancharnos a esta historia.
SPOILERS
Poniéndonos en situación, el libro comienza diferenciándonos digamos tres frentes. Por un lado tenemos la sociedad dividida en castas en la que la calidad de vida de la gente se ve afectada por el número que les toca ser al nacer. Una jerarquía que, en fin, realmente se podría decir que ha existido toda la vida, pero que se ha ordenado por números. A pesar de esta división, lo peor de esta sociedad es la falta de libertad que sufre. Toques de queda nocturnos, salarios limitados por las castas u obligación de dedicarse a un tipo de ocupación concreta que determina cada casta, de la que difícilmente se puede salir. Por otro lado tenemos el proceso de “La Selección”, a través del cual el príncipe de Illéa encuentra una esposa eligiendo entre treinta y cinco chicas voluntarias escogidas por sorteo. Y por último, la pieza clave que une las castas y la Selección, nuestra protagonista, América Singer.
Ella es el punto fuerte de este libro y de esta saga. Sin ella esta historia resultaría aburrida. América es el alma de la trama, el alma de La Selección, la que hace que esta elección sea divertida, la que nos hace reír con sus acciones y ocurrencias. Su primer encuentro con Maxon, el rodillazo en la entrepierna, la posterior entrevista, nada de esto habría ocurrido igual si nuestra protagonista tuviera un carácter diferente, lo que haría infinitamente más sosa esta historia, que se resumiría en eso, en La Selección en su versión más aburrida. Por lo tanto, me parece una protagonista estupenda para un libro así, muy bien formada y escogida para agradecimiento de todos los lectores.
El libro comienza mucho antes de que empiece La Selección, presentándonos la vida de América y a su familia, lo que añade mucha más profundidad a la protagonista. Me encanta la relación secreta que mantiene con Aspen. Con tres o cuatro frases de diálogo podemos ver la química que hay entre ellos, y que su relación es profunda y sincera. Se quieren de verdad, y sentimos su necesidad de estar juntos de manera real, sin tener que esconderse. Por eso cuando rompen nos duele, a pesar de que no los conocemos aún demasiado. Aún así me gusta mucho el personaje de Aspen. Al fin y al cabo deja a América para darle una oportunidad de tener una vida mejor, no condenarla a ser una Seis, lo hace porque la quiere, y me parece encantador. Por ello me descolocó que América lo viera con la otra chica el día de su despedida.
Por otra parte, que América acabaría en La Selección estaba claro desde el principio, pero resulta interesante ver cómo acaba siendo elegida y todos los preparativos que ha de hacer antes de partir.
Una vez en palacio, y como no podía ser de otra manera después de todas las emociones del día, América sufre un ataque de ansiedad, lo que la lleva a conocer a Maxon de una forma inesperada. Y es que Maxon en sí es inesperado. No es el típico príncipe que habíamos imaginado, estirado y remilgado. Es un tío formal, simpático y sorprendentemente divertido al que es imposible no coger cariño. Nos describe muy bien lo importante que es para él La Selección, lo que supondrá para su vida, lo limitadas que son en realidad sus opciones y la esperanza que deposita en este proceso. Y ante todo, es buena persona. Por ello es inevitable que a pesar de comenzar su relación como amistad ambos se sientan atraídos el uno por el otro. Es más, creo que si no hubieran decidido ser amigos desde el principio no habrían tomado la confianza suficiente el uno en el otro para llegar a algo más. El desarrollo de su relación transcurre de una manera preciosa, y culmina el día de la entrevista cuando ambos descubren que pueden llegar a sentir el uno por el otro algo más que amistad.
Y precisamente en este momento cuando América empieza a superar lo de Aspen y entender sus sentimientos hacia Maxon, el primero vuelve a aparecer, para nuestra sorpresa y para la de ella, justo en el momento clave, realzando la trama. Entonces vuelven a resurgir todos los sentimientos de nuestra protagonista hacia él, descubre que en realidad nunca estuvo con la otra chica (aquí es cuando yo digo “¡lo sabía!”), lo que da lugar a una tormenta de sentimientos entre Aspen y Maxon que los lectores entendemos a la perfección, y para los que necesita tiempo para ordenar.
Y ahí termina justo este libro, en el mejor momento, dejándonos muy enganchados, deseando saber qué pasará, por quién se decantará América y quién será finalmente la escogida en La Selección.
Cabe destacar los distintos acontecimientos que se van sucediendo a lo largo de la novela, como los ataques de los rebeldes, que dan un toque de emoción y peligro a la historia, y los demás personajes. Imposible no querer a Marlee, a May y a las doncellas, o no odiar a Celeste, unos personajes que se amoldan muy bien a la historia haciéndola aún más entretenida.
También resulta muy interesante que América sea una Cinco, ella es la representación de las castas bajas que está triunfando en La Selección. No deja de ser un poco rebelde: en un inicio negarse a enamorarse del príncipe, su manera irrespetuosa de tratarlo al principio, querer ponerse pantalones en vez de vestidos, o recuperar su relación con Aspen estando dentro de La Selección son ejemplos de su fuerte carácter, una muestra de que ella no se va a dejar moldear por nada ni nadie y que continuará siendo ella misma pase lo que pase.
Una novela muy entretenida, una distopía diferente, más romántica de lo habitual pero sin llegar a ser empalagosa, con muchos toques de diversión, un libro que engancha gracias a su gran protagonista y en el que es imposible no tener ganas de saber cómo continúa esta historia.
¡Hola! La verdad es que hace tiempo que leí este libro pero no sé por que no me ha dejado con las ganas que os deja a todos de leeros el siguiente.
Así que ahora que viene el verano y tengo tiempo libre espero leer la segunda parte.
Me alegro de que tu lo hayas disfrutado tanto ^^
Por cierto te quería dar un consejo, y es que al final de la reseña pusieras una puntuación sobre 5 o sobre 10. Es solo un consejo claro por si quieres hacerlo a no.
¡Un besito!
¡Hola! Engancha sobre todo porque deja con la curiosidad de saber cómo continuará, aunque a ti parece que no te quedó ese gusanillo 🙂 Espero que puedas leer la segunda parte.
Te agradezco el consejo, pero no pongo puntuación a los libros por varias razones. La primera es que sería algo muy subjetivo, a mí un libro me puede parecer muy bueno o me puede haber gustado mucho, pero cada uno tiene su opinión, y creo que la dejo clara en el análisis. La segunda es que estoy segura de que no pararía de cambiar las puntuaciones según pasara el tiempo, pues hay veces que por la razón que sea un libro gusta más o menos, y después se relee y la opinión puede cambiar mucho. La tercera es que sólo comento en el blog libros que me gustan. Obviamente un libro que tendría una puntuación baja no me molestaría en comentarlo, por lo que todas las puntuaciones en mi blog serían altas. Por todo ello no considero muy necesario poner puntuaciones a los libros. Sí que lo hago con las películas basadas en libros, las puntúo sobre diez según la adaptación, ya que ahí tengo el libro como referencia.
¡Gracias por comentar, un beso!