Los Bridgerton, Temporada 1, de Netflix

La primera temporada de la serie de Los Bridgerton, de Netflix, es la adaptación de la novela literaria “El duque y yo”, de Julia Quinn. Se trata de una adaptación que respeta el estilo del libro en el que se basa, conservando su estilo desenfadado y cómico, pero también manteniendo la dosis necesaria de romance y melodrama.

Mientras los primeros episodios de la serie nos ponen en contexto sobre la situación y los personajes, presentando a los protagonistas y sentando las bases sobre las que se sostendrá la trama, los siguientes se basarán en las historias de los diferentes personajes, prestando especial atención a Daphne y Simon.

Siendo Los Bridgerton una serie cuya primera temporada consta de ocho capítulos de aproximadamente una hora cada uno y “El duque y yo” una novela no demasiado extensa y relativamente sencilla, la serie se toma la libertad de añadir algunas subtramas y enredos que no aparecen en el libro original, pero que completan la historia y la enriquecen.  Teniendo en cuenta que la finalidad de la serie, al igual que la novela, no es de pasar a la historia, sino de entretener, cabe decir que todo ese desplome de subtramas y líos que o bien no aparecen en la novela o bien se extienden, le sientan bien a la serie.

La novela se basa, prácticamente, en la relación entre Daphne y Simon, y si bien da algunas pinceladas sobre los demás personajes, no se llega a profundizar en ellos. En cambio, en los primeros episodios a la serie se le ven intenciones de ahondar no sólo en los protagonistas, sino también en otros personajes secundarios, lo que ayuda a distraer de la trama principal evitando que ésta canse demasiado, a la vez que enriquece la ambientación y sociedad que se nos muestra.

Si bien la novela apenas mostraba descripciones ni ambientación y se limita a ir de manera casi directa a las historias personales de los personajes, la serie llena por completo esta carencia mostrándonos unos escenarios de lo más vistosos, tan recargados como cualquiera se esperaría de esa alta sociedad londinense tan elitista y petulante. Una sociedad que la serie parodia hasta lo extravagante pero sin llegar a pasarse de la raya, muchas veces sacrificando realismo en pos de ofrecer una preciosa y colorida experiencia visual.

Así pues, en los primeros episodios la serie presenta a todos los personajes, que no son pocos, la situación de cada uno de ellos, cómo es y funciona la sociedad en la que están integrados en esa época y cuáles son sus problemas y aspiraciones, para continuar desarrollando unas tramas que mantienen en vilo al espectador hasta el episodio final.

Mención especial merecen los diseños de vestuario, escenarios, banda sonora y casting. Los actores de Daphne y Simon están deslumbrantes, y han sabido captar a la perfección los matices de sus personajes, transmitiendo lo que en el libro son multitud de pensamientos en forma de gestos y miradas.

A partir de aquí el análisis incluirá spoilers, así que, si no has visto la serie o no la has terminado, no sigas leyendo.

SPOILERS

A pesar de que la serie es mucho más coral que el libro dando importancia también a personajes secundarios, Simon y Daphne son los indiscutibles protagonistas de esta historia. Mientras el primer episodio muestra los problemas de Daphne, consistentes en buscar pretendientes para lograr encontrar un marido, el segundo se centra más en Simon, en su historia y el trauma con su padre, tan determinante en este personaje.

La esencia del comienzo de la relación entre Simon y Daphne que se muestra en el libro está ahí, y se plasma de una manera estupenda. Las actuaciones y la química entre los actores son geniales, y en los primeros episodios ya se puede vislumbrar la atracción y el interés que empiezan a despertar el uno en el otro más allá de ese pacto de beneficios mutuos que ambos acuerdan al final del primero.

Todas las etapas de la relación que tan bien se distinguen en el libro también tienen igual importancia en la serie. Ese primer interés que rápidamente se torna en deseo, la bonita amistad que los une, los malentendidos y falta de comunicación que dan lugar al alejamiento y crisis en la pareja, los problemas que logran solucionar. La serie desarrolla todos estos aspectos tan bien o incluso mejor que la novela, de una manera que emociona al espectador con cada sentimiento que se pretende transmitir.

Una de las principales características de los personajes de los libros que también se mantiene en la serie es que presenta personajes imperfectos, que comenten errores, aprenden de ellos y evolucionan a lo largo de la trama, aportando autenticidad a la historia.

Algunos de los cambios más significativos del libro a la serie son el momento de la crisis, en la que Simon nunca llega a abandonar a Daphne ni siquiera temporalmente, la aparición del príncipe que corteja a Daphne, o cómo la serie da importancia al personaje de la reina, inexistente en la novela. Sin embargo, son cambios muy bien llevados a cabo, y lo más importante, aportan siempre algo a los personajes o a la trama. Mención especial merecen los personajes de lady Danbury y Portia Featherington, muy bien aprovechados, y que son aún más carismáticas que en los libros.

Así, aunque algunos hechos se desarrollen de manera diferente en la serie y en la novela, realmente se siente que estamos viendo la misma relación con los mismos personajes. Viendo la serie, no importa si no se conocen exactamente de la misma manera, o si se saltan o añaden alguna escena. La adaptación respeta a los personajes y a la novela original de una forma exquisita, mantiene su esencia, e incluso la mejora.

Porque sí, podemos decir que la serie Los Bridgerton es de esas escasas adaptaciones que no sólo están a la altura de su historia original, sino que incluso las superan. Y lo consigue porque mantiene esa mezcla de humor y melodrama que tanto caracteriza a las novelas, incluye de una manera u otra los momentos más relevantes, no se dejan información en el tintero, cierra bien todas las tramas, mantiene la tensión y el interés de un episodio a otro, desarrolla perfectamente a unos personajes tan carismáticos como los del libro y además ofrece una ambientación y una vistosidad de la que la novela carece, convirtiéndose en todo un espectáculo audiovisual que hace las delicias del espectador.

Tan sólo hay un asunto al que personalmente creo que la serie podría haber dado más importancia. Las dificultades que Simon tuvo de niño con el habla y los problemas con su padre se muestran en uno de los primeros episodios de la serie, pero no se vuelven a tratar desde el punto de vista de Simon. Esto es un asunto que marca al personaje del duque, que es determinante a la hora que el personaje tiene de actuar y tomar decisiones, y aunque la serie muestra muy bien cómo ello afecta a su relación con Daphne, me parece que en este caso el libro sí ayuda mucho mejor a entender al personaje que la serie.

Asimismo, el resto de historias de personajes secundarios que en el libro o bien no aparecen o bien no se les da la menor importancia, aquí mantienen un interés que adorna el resultado final de la serie.

Las subtramas más importantes aparte de la principal se encuentran bastante repartidas. Por un lado está la de Anthony con la cantante de ópera, que nos ayuda a conocer mejor a este personaje de cara a la segunda temporada y aporta un aliciente en la perspectiva del amor que tiene el mayor de los Bridgerton. Por otro, está la de Marina y los Featherington, que también se hace interesante a pesar de que Marina sea un personaje que no aparece en la novela, y que también nos ayuda mejor a conocer a Penélope y Colin. Y, por último, está la trama que da más importancia a Eloise, en la que podemos añadir también a Benedict, y sus pesquisas para averiguar la identidad de lady Whistledown, lo que termina de ayudarnos a conocer a los demás hemanos Bridgerton.

Cabe destacar precisamente el asunto de lady Whistledown. Mientras que en los libros no se menciona quién es esta misteriosa escritora hasta el cuarto, en la serie sí que se nos revela su supuesta identidad en el último episodio. A pesar de que a lo largo de los capítulos se juega muy bien con esta intriga da la sensación de que quizá el desvele de dicho misterio ha ocurrido demasiado pronto. Sin embargo, la serie decidió revelar este misterio para que, en el caso de que no se grabaran más temporadas, no quedara ese cabo suelto.

Otro aspecto que destaca de la serie es su forma de mostrar cómo era la alta sociedad de la época, como la gran diferencia que supone nacer varón y mujer y cómo ello es determinante para lo que puede aspirar esa persona en la vida, lo se deja ver especialmente con los hermanos y hermanas Bridgerton, pero también en prácticamente todos los demás personajes.

En definitiva, la primera temporada de la serie Los Bridgerton es una estupenda adaptación de la novela de Julia Quinn, respeta la historia original y su esencia e incluso en ocasiones la mejora, crea el interés que una serie necesita y aporta el disfrute necesario que su visualización requiere tanto a nivel visual como de historia, manteniendo de igual manera el humor y el drama que caracteriza a la novela. Una gran adaptación en todos los sentidos, que merece el éxito que ha cosechado.

VALORACIÓN DE LA ADAPTACIÓN: 9/10

—Oye, Todd, esta persona ha leído la entrada y no ha publicado ningún comentario.

—Espera un poco, Tedd. Dale tiempo para que pueda escribirlo.

—No escribe nada, Todd. Que le haya gustado y no nos lo diga me pone de mal humor.

—Tranquilízate, Tedd. No es bueno para tu salud que te estreses.

—De acuerdo, Todd. Pero acuérdate de decirle que no incluya spoilers de otros libros en los comentarios de esta entrada.

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