“Los Secretos de Dumbledore”, dirigida por David Yates, es la tercera parte de la saga “Animales Fantásticos”, basada en el universo de Harry Potter. Tras varias polémicas y una pandemia de por medio que casi llevaron a la saga al desastre, la producción de esta tercera entrega parece haber dado algo de fuerza a esta serie, que vuelve en una línea similar a las dos películas anteriores. Aun así, “Los Secretos de Dumbledore” deja varias tramas cerradas de una manera más simple de lo que nos tenía acostumbrados, y aunque es una película disfrutable y entretenida, la saga aún queda lejos de un nivel excepcional.
¡SPOILERS!
La tercera parte de Animales Fantásticos continúa las tres vertientes que abrieron sus dos películas predecesoras: por un lado, la trama del grupo formado por Newt, Jacob, Queenie y Tina, al que se han ido sumando otros personajes secundarios, por otro, la formada por Dumbledore y Grindelwald, y, por último, los propios animales fantásticos.
Estas tres vertientes están ligadas de la mejor manera posible. La mejor forma de incluir la historia de Dumbledore y Grindelwald en esta serie es mediante el personaje de Newt, que arrastra consigo las criaturas mágicas. Sin embargo, y después de tres películas, da la sensación de que algo no termina de encajar.
En mi opinión, creo que el problema está en el propio planteamiento de la saga. La primera película está más enfocada a los animales y a la historia de Newt, resulta simpática, está bien. Pero quizá la historia de los Animales Fantásticos debió terminar ahí. Al anunciar y comprometerse a hacer cinco películas, es evidente que la trama de los animales por sí misma no se sustenta y hay que incorporar otra trama lo bastante potente como para llevar el resto del peso de la saga, convirtiéndose los animales fantásticos en un añadido y perdiendo el protagonismo que se les presuponía.

Da la impresión de que estamos viendo lo que quizá podrían haber sido películas, o mejor dicho, sagas distintas. Animales fantásticos y la historia de Dumbledore y Grindelwald son dos vertientes diferentes dentro de una misma saga. Se han relacionado bien, las tramas tienen sentido, está bien ligado, pero parece que, de alguna manera, la dirección de la saga con respecto a la primera película ha cambiado, y lo que era realmente importante en aquella, los animales, aquí no lo son tanto.
De esta manera, en algunos momentos la película se ve obligada a hacer uso de unos animales que, en realidad, no necesitaría. La trama política mediante la que Grindelwald pretende ascender a la presidencia a través de su poder de convicción no precisaría, en realidad, de un Qilin que le haga parecer puro de corazón ante los demás. El peso de la convicción recae sobre el animal fantástico de turno, en vez de sobre el propio Grindelwald, quien podría conseguirlo haciendo uso de su discurso. O la criatura gigante que habita en la cárcel en la que Newt va a buscar a su hermano, y que se antoja tan sólo otro recurso de la película para mostrar animales fantásticos. En realidad, si quitásemos los animales fantásticos de “Los Secretos de Dumbledore”, la película tendría otros caminos, quizá incluso mejores, para mostrar lo que pretende.

A pesar de ello, los animales son lo mejor de la película. El bowtruckle Pickett, el escarbato Teddy y las mantícoras bebé que parecen cangrejos hacen las delicias de los espectadores. Son graciosos, adorables, protagonizan escenas que nos roban sonrisas y carcajadas, y dan la suficiente visibilidad sobre criaturas mágicas que la película requiere.
Sin embargo, el verdadero peso de esta saga es la historia de Dumbledore y Grindelwald. Es el alma, la chicha de la película, lo realmente importante e interesante. La relación que hay detrás de ambos personajes, esos planes de grandeza que idearon juntos, cómo después se torció la cosa. Quizá incluso se eche de menos más énfasis en estos aspectos, que son la base de lo que se está viviendo en la película.
Es inevitable comentar dos aspectos sobre este tema. Por un lado, el hecho de que por fin Dumbledore admita en voz alta que estuvo enamorado de Grindelwald, y que no se limite a darlo a entender. Es el avance definitivo para adentrarnos en esta historia de amor, y comprender lo difícil y dolorosa que resulta esta confrontación. Y, por otro, el hecho de tener un actor diferente para Grindelwald. Mads Mikkelsen presenta un Grindelwald diferente al de Johnny Depp, y a mi parecer hace un buen trabajo dando vida a este personaje. Personalmente, me imaginaba más a Grindelwald de la manera en la que se nos presenta en esta película que en las anteriores, aunque creo que ambos actores interpretaban bien su papel, cada uno a su manera.

Con respecto a las tramas que se abrieron en las anteriores dos películas, se podría decir que “Los Secretos de Dumbledore” cierra gran parte de ellas. Y lo hace de una manera simple, casi infantil. Mientras que “Los Crímenes de Grindelwald” era una película más enrevesada, más oscura, que llevaba varias tramas a la vez de una manera compleja, “Los Secretos de Dumbledore” resuelve esas tramas de la manera más fácil posible. ¿Que Queenie se pasaba al lado de Grindelwald en la anterior peli? Aquí se arrepiente y vuelve con Jacob. ¿Que Tina, una de las personajes principales, no aparece en toda la película? Simplemente la habían ascendido y estaba muy ocupada, sin más. ¿Que Grindelwald tiene un montón de seguidores y está a punto de dominar el mundo mágico? No hay problema, tenemos un Qilin gemelo que da al traste con sus planes y hace que su apoyo no sirva para nada. ¿Que Credence estaba resentido por haber sido abandonado al enterarse de que es un Dumbledore y era uno de los mayores pilares de Grindelwald? Pues Aberforth, su padre, va a buscarlo y en un momento se le pasa todo y cambia de bando.
Son resoluciones simples, casi tontas, de unas tramas que se antojaban mucho más complicadas y complejas en un principio. No es que las evoluciones de los personajes sean bruscas o demasiado precipitadas, es que están poco trabajadas, y esto les hace perder interés.
Esto convierte a “Los Secretos de Dumbledore” en una película más simple y más infantil de lo esperado, que queda convenientemente cerrada. Si ahora mismo se anunciara que no van a rodar más películas de la saga las historias ya estarían contadas y no quedarían abiertas. Asimismo, aún hay material para más películas y lo esperado es que continúen, por lo que da la sensación de que se han cubierto bien las espaldas en este aspecto.
Con respecto a esto, está por ver el gran duelo final que ocurrirá entre Grindelwald y Dumbledore, y que ya tiene vía libre al haberse roto el juramento de sangre que lo impedía. La explicación que se da en la película sobre este hecho es un tanto ambigua, dando a entender que se quiebra porque uno tenía intención de matar, y el otro, intención de proteger. Personalmente, creo que podría haberse dado la explicación de que, al atacar Grindelwald a Credence y tener éste sangre Dumbledore, Grindelwald rompe su promesa de no dañarlo, a pesar de no estar atacando directamente al propio Dumbledore.

Por su parte, la trama de que Credence sea hijo de Aberforth me parece, sinceramente, un poco sacada de la manga, y creo que no genera ni el interés ni la emoción que debería.
Por otro lado, la película es visualmente preciosa, y cuenta con los suficientes momentos de magia que requiere esta saga. Asimismo, la ambientación está muy bien lograda, y los diseños de los vestuarios y la banda sonora, así como las interpretaciones de los actores, en los que destacan especialmente Jude Law y Eddie Redmayne, terminan de redondear la película.
En definitiva, “Los Secretos de Dumbledore” es una película que cumple, pero no arriesga. Es entretenida, se disfruta, pero no más. Una más dentro de una saga que se gana un suficiente, pero que está muy lejos del sobresaliente.

—Oye, Todd, esta persona ha leído la entrada y no ha publicado ningún comentario.
—Espera un poco, Tedd. Dale tiempo para que pueda escribirlo.
—No escribe nada, Todd. Que le haya gustado y no nos lo diga me pone de mal humor.
—Tranquilízate, Tedd. No es bueno para tu salud que te estreses.
—De acuerdo, Todd. Pero acuérdate de decirle que no incluya spoilers de otros libros en los comentarios de esta entrada.