Poco se puede decir de esta novela que no se haya dicho ya. “Mujercitas” es un clásico de los grandes, un libro que todo el mundo conoce, pero que no todo el mundo ha leído, quizá por la preconcebida y equivocada idea de que se trata de una novela demasiado cursi o azucarada. En realidad, “Mujercitas” trata de la vida misma, a través de los ojos y experiencias de cuatro hermanas muy diferentes entre sí a las que la vida conduce por senderos tan distintos como sus personalidades. Asimismo, introduce una sutil revolución en la manera que tiene, en mayor medida una de las hermanas, de enfrentarse a la sociedad de la época que le ha tocado vivir, una sutil revolución que a la novela le valió para sufrir algunas censuras y recortes en otra época.
Ante todo, “Mujercitas” es la historia de cada una de las hermanas March. Meg, Jo, Beth y Amy. Las cuatro son las protagonistas de esta historia, casi con idéntica importancia dentro de la novela. Quizá la que tengamos menos oportunidad de conocer es a Beth, y no debido a su prematura y triste muerte, sino porque no hay mucho más de Beth por conocer. Su bondad, timidez y falta de ambiciones la convierten en la hermana más sencilla y quizá con menos que contar, por lo que pasamos menos tiempo con ella en la lectura. Beth es un ángel, una niña tan dulce que la propia lectura le otorga el título de santa, una tierna personificación de la bondad. Resulta curioso que ese carácter tan excesivamente bondadoso, dócil y abnegado que corresponde a su mayor virtud podría considerarse incluso un defecto en la sociedad actual, pues está llevado al extremo. En todo caso, Beth es la representación de todo lo bueno que puede albergar una persona.
Muy diferente a ella es su hermana Jo. Jo representa una mujer independiente, libre, que hace lo que le da la gana sin importarle lo que digan o piensen los demás, una rebelde. Sin duda, es un personaje adelantado a su tiempo, y la representación en la literatura de su propia autora. Jo es sin lugar a duda, si no el mejor, uno de los mejores personajes de la novela, que aporta un toque fresco, revolucionario y moderno a la lectura. Jo se rebela contra los estándares de las mujeres en la sociedad de la época, pues poco le importa cómo vestirse, comportarse o ahorrarse comentarios mordaces, y tiene unos modales, que a día de hoy resultan tan naturales, que escandalizan a los demás personajes. Además, no tiene un interés romántico hasta el final de la novela, y cuando lo tiene insiste en colaborar en la sustentación de ambos. Todo esto, unido a los deseos de independencia, libertad y poder ser ella misma, la convierte en un personaje poco común comparado con lo que cabría esperar por aquel entonces, y que no deja indiferente a nadie.
Independiente de una forma diferente es Amy, la menor de las hermanas. Comienza siendo una niña caprichosa y malcriada para evolucionar en una joven inteligente y encantadora que juega muy bien las cartas que le otorga la vida. Mientras que Jo se opone y rebela ante los estándares, Amy se adapta y moldea a ellos sin renunciar en ningún momento a sus intereses y ambiciones, consiguiendo de esta manera el éxito siendo ella misma.
Por su parte, Meg es la hermana mayor que consigue sus sueños también de una manera diferente a las anteriores. Unos sueños muy alejados de las riquezas con las que soñaba de joven, pero con los que descubre lo verdaderamente importante, la conclusión moral que pretende dejar la novela: salud, familia y amor.
La importancia de la salud se representa en el personaje de Beth, la importancia de la familia se puede ver en la propia familia March en sí y la del amor en las relaciones de los personajes entre sí, no solo en los intereses románticos que cada hermana tiene con la que acaba siendo su pareja, sino que sobresale el amor familiar entre hermanas, entre padre, madre e hijas, y entre todos ellos con sus amigos. La obra en sí trasmite un gran mensaje moral en el que da una especial importancia a estos tres aspectos, en las diferentes situaciones y experiencias en las que se ven envueltan las hermanas y también por la educación que reciben en casa, especialmente por parte de Marmee, su madre. Ella las alienta a ser ellas mismas y las ayuda a todas tal y como ellas lo necesitan a lo largo de la novela.
Saliendo del círculo de las hermanas March, otro de los personajes mejor construidos es su vecino, Laurie. Todo lo relativo a este personaje transcurre tal y como tiene que transcurrir, como la relación con su abuelo el señor Laurence, su tormentoso enamoramiento de Jo y su posterior compromiso con Amy. Teddy es un personaje con una evolución fascinante al que las hermanas March ayudan a mantenerse en el buen camino en cada momento de su vida.
En cuanto a trama, se podría decir que “Mujercitas” está compuesta por las subtramas de las diferentes hermanas y la relación y cohesión de todas ellas en una sola. La trama de “Mujercitas” es la vida de las hermanas March, la evolución de cada una de ellas y el aprendizaje de cada una por el camino. El interés romántico en la novela, que se podría esperar mucho mayor, tiene un papel más bien secundario, eclipsado por la reivindicación del amor, la familia y la libertad.
En definitiva, “Mujercitas” es un clásico que cada lector interpreta a su manera, y del que, en comparación con la sociedad de hoy en día, se pueden extraer unas valiosas conclusiones acerca de las diferencias de épocas, estándares en ellas y los valores de la vida en sí.
—Oye, Todd, esta persona ha leído la entrada y no ha publicado ningún comentario.
—Espera un poco, Tedd. Dale tiempo para que pueda escribirlo.
—No escribe nada, Todd. Que le haya gustado y no nos lo diga me pone de mal humor.
—Tranquilízate, Tedd. No es bueno para tu salud que te estreses.
—De acuerdo, Todd. Pero acuérdate de decirle que no incluya spoilers de otros libros en los comentarios de esta entrada.