Tras el rotundo éxito de novelas como “El Código da Vinci”, “Ángeles y Demonios” y sus continuaciones “El Símbolo Perdido” e “Inferno”, Dan Brown ha vuelto con su quinta novela de la saga “Robert Langdon”, “Origen”, esta vez ambientada en España, y en la que hace una profunda reflexión sobre el motivo de la vida misma. Y, realmente, esta reflexión y las explicaciones que ofrece el autor para preguntas que llevamos siglos intentando contestar es lo mejor de esta novela, lo que le aporta la mayor parte del interés y el toque original. Por otro lado, la trama y la acción resultan menos interesantes de lo esperado, cayendo en la repetición de las anteriores novelas, siguiendo todas ellas un mismo esquema, un esquema que funciona, pero que ya empieza a cansar.
En esta ocasión el profesor Robert Langdon se encuentra en la conferencia de un antiguo alumno, Edmond Kirsch, en el museo Guggenheim de Bilbao, un escenario muy adecuado para la revelación que Edmond pretende dar al mundo. Según sus propias palabras, su reciente descubrimiento responde claramente a las dos preguntas que la humanidad se lleva haciendo desde el principio de los tiempos: “¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?”. Estas dos preguntas son el sustento principal del libro, se repiten mil veces a lo largo de la novela, son las que soportan todo el interés y la promesa de una respuesta a ambas es lo que mantiene enganchado al lector durante la lectura.
Durante todo el libro se dejan caer pinceladas de las posibles respuestas o explicaciones para esas preguntas, siempre desembocando en dos principales ámbitos: ciencia y religión. Una vez más está presente la eterna lucha entre ciencia y religión, esta vez más concretamente en el tema de la creación, y estos diferentes puntos de vista fueron el tema principal de “Ángeles y Demonios”. Es decir, el principal interés de “Origen” es un recurso que Dan Brown ya empleó en su primera novela. Y, al contrario que en ésta, “Origen” carece de esa trepidante trama en la que Langdon pretendía encontrar el Sendero de la Iluminación para llegar a la guarida de los Illuminati y nos recorríamos media Roma en su busca. En esta ocasión la trayectoria que recorren Langdon y Ambra Vidal a través de Bilbao y Barcelona es para encontrar el laboratorio secreto de Edmond, pero apenas hay emoción en dicho recorrido. Se limitan a seguir los pasos que les va marcando Winston mientras reflexionan sobre el descubrimiento de Edmond, pero no hay mucho más. Algo de acción en la Sagrada Familia cuando el asesino de Edmond les sigue los talones, un poco de misterio con el poema que Edmond quiso que se expusiera en dicho monumento, y poco más a destacar. Esto hace de la trama principal de “Origen” la más floja de sus novelas de la serie “Robert Langdon” hasta el momento.
Además, las subtramas son aún menos interesantes que la principal de Langdon y Ambra. El asesinato de los líderes religiosos, el lío y desconcierto del Palacio Real y el asunto del príncipe de España con el obispo Valdespino apenas ayudan a mantener una mínima emoción. De hecho, no aportan nada a la trama, más allá de querer generar confusión acerca de quién es el verdadero villano de esta historia, cosa que sí que está conseguida. Pero realmente si al libro le quitamos todos los capítulos de la gente del Palacio, del príncipe y de Valdespino la trama principal no se ve afectada prácticamente, por lo que todo esto no aporta nada. Tan sólo sirve para que Ambra piense que Julián está implicado en el asesinato de Edmond y se mantenga así junto a Langdon, y para hacer parecer como villano a Valdespino, pero esto se podría haber conseguido con menos páginas, sin necesidad de incluir una subtrama paralela. En cierto modo, me da la impresión de que esa subtrama es un modo de relleno, y lo mismo me pasa con el final en el que el príncipe y el obispo se dirigen al monasterio del Escorial y la confesión que le hace el rey al príncipe. Es algo que no tiene mucho sentido en la trama, y no se consigue que estos personajes resulten tan interesantes como para que nos importe lo que anden haciendo, más allá de la importancia que ostentan sus cargos. La cohesión entre tramas y personajes queda pues bastante floja.
Sin embargo, el hecho de que Winston, esa inteligencia artificial al más puro estilo J.A.R.V.I.S. de Iron Man, que es nuestro mayor apoyo durante la lectura, sin el que los protagonistas estarían inevitablemente perdidos, sea el responsable del asesinato del propio Edmond es realmente chocante y un tanto perturbador. Edmond ordenó a Winston que su tarea prioritaria era asegurarse de que su mensaje se hiciera lo más famoso y sonado posible, y el ordenador traza un frío y calculador plan por el que trama el asesinato de su creador poniéndose en contacto con el asesino, haciéndose pasar por el Regente y por el informante de Conspiracy Net, y guiando a Langdon y Ambra para que lograran transmitir el mensaje de Edmond justo en el momento en el que la audiencia es máxima, para lograr así su principal prioridad, aún al coste al que lo consigue. Un plan digno de una máquina, que no alberga sentimientos, que no es capaz de distinguir entre el bien o el mal, que se rige por estadísticas y por el cumplimiento de las órdenes que recibe, actuando, como inteligencia artificial que es, sin moral. Esto plantea una reflexión ética tan interesante como aterradora. Winston ha hecho todo lo posible por conseguir la audiencia máxima, pues esa era su orden, y no posee consciencia que le ayude a diferenciar si lo que ha hecho y las decisiones que ha tomado están bien o mal, y el peligro que ello puede suponer.
A pesar de que la trama pueda dejar que desear, la gran sorpresa final de Winston hace que el libro recupere cierta originalidad. Pero sin duda lo mejor de esta novela es la ansiada explicación de Edmond a las preguntas “¿De dónde venimos?” y “¿Adónde vamos?”, sobre las que los protagonistas llevan reflexionando desde el principio. Y sus respuestas son de lo más satisfactorias, pues están llenas de detalles que las hacen creíbles y verosímiles. El experimento de la sopa primordial de la Tierra, cómo Edmond acelera este proceso, le implementa energía y consigue que surja la vida, desmintiendo así la existencia de un creador da la talla de lo que los lectores esperaban durante el libro, resultando realmente asombroso. Asimismo, la reflexión de hacia dónde vamos es aún más interesante, con la introducción de la tecnología como nueva especie que absorbe a la humana. El propio Winston es un avance de ello, y el mundo actual en el que vivimos hace del anuncio de Edmond un futuro muy probable, que invita a la reflexión.
Estas trabajadas explicaciones, en las que el autor emplea varios merecidos capítulos, salvan de alguna manera la novela en su totalidad. Por otro lado, no hay ningún personaje que destaque especialmente, excepto Winston. Es curioso que el único personaje no humano de la novela sea el que más se recuerda y llame la atención, además de ser el que más profundidad tiene, a pesar de ser una máquina, o quizá posiblemente por ello. Langdon sigue tan plano como siempre, incluso más que en anteriores novelas, y los demás personajes como Ambra, Julián, Valdespino o Luis Ávila son completamente olvidables, algunos incluso innecesarios.
En definitiva, “Origen” es un buen libro, entretenido, con un final sorprendente y con unas reflexiones que hacen pensar. Sin embargo, como puntos débiles, hay personajes y subtramas que no vienen a cuento y no aportan nada, la trama general cae en la repetición de las cuatro novelas anteriores de “Robert Langdon”, en las que el profesor siempre se ve inmiscuido en algún problema o asunto de gravedad, huye con la chica de turno y finalmente todo se soluciona de una manera grandiosa, teniendo un gran impacto en la humanidad. El esquema del éxito, pero que después de cinco novelas resulta aburrido y repetitivo. Además, creo que no se aprovechan tanto los monumentos de la geografía española en la trama, que podrían haber dado más de sí. Sí que resulta refrescante que el autor se aleje del arte clásico que impera en otras novelas, introduciendo aquí un soplo de aire fresco con arte moderno y tecnología. Sin embargo esto no es una novedad, pues en “El Símbolo Perdido” ya se nos introdujo en el campo de la ciencia noética, y como ya he comentado anteriormente, en “Ángeles y Demonios” se nos presentó esa guerra y disparidad entre ciencia y religión que tanta importancia tiene también en esta novela. En conclusión, “Origen” que trata temas interesantes, pero, por los motivos expuestos anteriormente, bajo mi punto de vista es el peor hasta el momento de la saga “Robert Langdon”.
De acuerdo en todo lo escrito, lo único que agregar es que era bastante predecible quien era el villano ya casi a la mitad del relato y muy claro minutos antes de la presentación. El único personaje con el nivel de conocimiento transversal de toda la trama y subtramas en tiempo real como para escribirle a la página de conspiraciones, sin haber descubierto incluso la relación de la dirección de correo con el nombre, así como el interés de alcanzar el peak de audiencia previo a la presentación, además de la descarada descripción de villano de Valdespino, lo que hacía evidente que él no era, hace suponer, mucho antes del último capítulo, que el maestro de orquesta era Winston, aunque las razones se aclaren en el último capítulo, ya que el otro sospechoso era el mismo Edmond, pero por la descripción que hace Langdon de su amigo, era poco probable que fuera así de morboso. Debo decir que la primera mitad del libro la leí en un día, la otra mitad en el resto de la semana, solo para poder empezar uno nuevo. Hay que leerlo para mantenerse al día en la saga, pero el próximo llegará con pocas expectativas, y quizás eso sea bueno.
¡Hola Rodrigo!
Sí, en realidad la identidad del villano es bastante predecible. Como dices y muy bien explicas, no había muchas más opciones, o eran claras que no eran, y la lectura ya había dejado pistas.
Muy de acuerdo, hay que leerlo por la saga a la que pertenece. Sin embargo, después de esta novela las expectativas de la siguiente, efectivamente, serán bajas. Y estoy de acuerdo en que eso es bueno, ya que si el libro cumple las bajas expectativas, ya nos lo esperábamos, pero si es mejor, la sorpresa será grata.
¡Muchísimas gracias por tu comentario y aportaciones!
Un abrazo.
Hola. La verdad que estaba buscando información y vi tu blog. Felicidades! llevo leído del libro hasta después del asesinato… y es q tienes razón. Los personajes son algo planos y el q interesa realmente es una máquina. Y ya me esperaba desde el principio q fuera Winston el Regente, la verdad que para mi resultó bastante obvio desde el principio… pero también me esperaba algo más de este libro y si te digo la verdad por ahora es bastante decepcionante…. no sé, quizás me hice ilusión después de leer el Código DaVinci….. en fin, que gracias por tu análisis, es sincero y muy acertado.
Con una saga con un nivel tan alto, sobre todo con las dos primeras novelas "Ángeles y demonios" y "El código Da Vinci" uno se espera que el nivel continúe y se llevan las expectativas altas, por lo que es normal decepcionarse si el libro no da la talla. Para mí éste es el libro más flojo de Dan Brown, y en algunas partes me resultó bastante aburrido. Me encantaría decirte que el libro mejora, pero la verdad es que para mí tan sólo lo hace en los capítulos finales en los que se da la explicación acerca del descubrimiento de Edmond. Creo que esas páginas sí que merecen la pena, pero por lo demás todo es bastante olvidable. ¡Espero que al menos disfrutes con la lectura!
¡Muchísimas gracias por tus palabras y por comentar!
Un abrazo 🙂
Hola ^^
No he probado nunca nada de este autor pero me apetece y le tengo mucha curiosidad^^
Me alegro de que te haya gustado el libro ^^
Un beso^^
Si no has leído nada te recomiendo que empieces por "El Código da Vinci" o por "Ángeles y Demonios", en mi opinión esos son los mejores.
¡Gracias por comentar!
Un saludo.