“Balada de pájaros cantores y serpientes” es una película dirigida por Francis Lawrence y basada en la novela de mismo nombre escrita por Suzanne Collins. Precuela de la exitosa saga “Los Juegos del Hambre”, “Balada de pájaros cantores y serpientes” nos cuenta la historia de Coriolanus Snow, el villano de la saga original. Increíblemente fiel al libro, esta adaptación condensa lo mejor de él sin dejar ningún aspecto importante de lado, resultando en una película tan fascinante como sus predecesoras.
¡SPOILERS!
“Balada de pájaros cantores y serpientes” es un libro lleno de reflexiones internas de personajes, de diálogos, de ambientación. Un libro muy elaborado, con un ritmo pausado en el que a la vez no dejan de suceder cosas, en el que los personajes se encuentran en una evolución constante a la vez que sutil. No es una novela marcada por un hecho muy concreto, como pueden ser los Juegos del Hambre en la trilogía, ni en la que destaque una acción frente a todo, como puede ser el caso de Sinsajo con la guerra y su desenlace. “Balada de pájaros cantores y serpientes” es una historia diferente a las demás partes de su saga, y destaca especialmente por la evolución de un personaje principal especialmente complejo.
Era muy difícil adaptar este libro por muchas razones. Por su longitud, siendo como es la novela más larga de su serie. Por su ritmo, que, aunque pudiera parecer en ocasiones incluso lento, no cesa en ningún momento. Por su historia, quizá menos atrayente que la de la trilogía, pero no menos atrapante. Por sus giros, tan sorprendentes como descolocantes. Por la gran cantidad de personajes de los que consta esta historia. Y, sobre todo, por todas esas reflexiones internas que una lectura puede realizar, pero que son tan complicadas de plasmar correctamente en una pantalla.

Y, sin embargo, la película “Balada de pájaros cantores y serpientes” ha conseguido llegar a ser el libro en imágenes. Tal cual. Mantiene una fidelidad absoluta, no hay ningún aspecto de la historia que se deje sin contar, logra mantener el interés, la expectación y la tensión, y lo más importante, transmitir al espectador a través de imágenes y de actuaciones todo lo que el libro explica con palabras, lo que tiene mucho mérito.
Y es que, aunque parezca sencillo, era muy difícil hacerlo bien. Podrían haber cambiado muchas partes de la historia para hacerla más atractiva visualmente, o haber añadido más acción, como hacen muchas adaptaciones. Podrían haber dividido la película en dos, como hicieron en Sinsajo. Podrían haber dado mucha más importancia al romance, o haber suavizado aún más la crueldad y violencia de esta historia, como hicieron con la parte de los Juegos del Hambre en la primera película. Podrían haber hecho cameos o más referencias de las necesarias a las anteriores películas o personajes de ellas, como hicieron “El Hobbit” o “Animales Fantásticos”.
Y, sin embargo, la peli de “Balada de pájaros cantores y serpientes” no hace nada de esto. Hace una adaptación sumamente fiel a su novela, se sirve enteramente del material original del libro y se centra de lleno en su historia, que por sí sola ya se basta y sobra. Y lo hace, además, remarcando lo más importante y esencial del libro. Manteniendo un equilibrio excelente entre las partes más lentas y las más dinámicas, entre los diálogos y la acción. Dando la importancia justa y necesaria a los personajes secundarios centrándose más en los principales, mostrando la violencia y la crueldad de la guerra, de Panem y de los Juegos sin recrearse en ello más de lo debido, y sirviéndose de un romance necesario para la evolución de los personajes, pero sin abusar de él. Todo esto hace de “Balada de pájaros cantores y serpientes” una adaptación de lo más completa.

Así, la película tenía dos opciones: o no cambiar nada del libro y trasladar la historia tal cual, o bien cambiarlo todo. Porque haber cambiado algunas cosas y otras no habría dado al traste con ese equilibrio y con muchos aspectos de la trama que habrían quedado cojos o mal entendidos, que es lo que suele pasarles a muchas adaptaciones. De esta manera, “Balada de pájaros cantores y serpientes” acierta de lleno con su manera de enfocar la historia, plasmándola de manera fiel a la novela.
Otro aspecto clave de esta adaptación era lograr reflejar la evolución de Coriolanus Snow y que ésta se entendiera. Para ello, era muy importante no cambiar nada del libro, pues la clave del desarrollo de Coriolanus es que, en realidad, todos y cada uno de los actos y decisiones que hace a lo largo de la historia, en última instancia, le benefician siempre a él. Y la peli cumple, mostrándonos a un Snow que se encuentra al borde del bien y del mal en numerosas ocasiones, que no sigue el típico camino del héroe, pero tampoco es un villano sin escrúpulos desde el primer momento.
Como ya comenté en el análisis de la novela, Coriolanus no es un personaje bueno, pero tampoco es malo desde un primer momento. Es ambicioso y astuto, pero también muestra empatía hacia los demás, y la película lo transmite a la perfección. Muestra amor hacia su prima y su abuela, espanto ante las barbaridades que presenta (el asesinato de la mentora en el zoo, la picadura de la serpiente a su compañera, instigada por la doctora Gaul y escena mucho más suavizada que en el libro, o las bombas en su primera incursión a la arena), y posteriormente arrepentimiento de sus actos.

Sin embargo, ese arrepentimiento que sí que siente cuando mata por primera vez a una persona, (al tributo cuando entra en la arena una vez comenzados los Juegos del Hambre para sacar a Sejanus), o la culpabilidad que manifiesta tras la muerte de Sejanus, de la que es el principal responsable, van desapareciendo gradualmente. Después, no reacciona de esa forma cuando mata a sangre fría a la hija del alcalde del Distrito 12, ni tampoco muestra arrepentimiento ni culpabilidad cuando dispara a Lucy Gray en el bosque. De esta manera, el personaje termina de decantarse hacia un lado de la línea, y se puede empezar a vislumbrar en él al presidente Snow de la saga original. Mucho mérito de esto es del actor, Tom Blyth, que encarna perfectamente al Coriolanus Snow de la novela siendo además muy coherente con el de las otras adaptaciones.
Quizá esta evolución se vea un tanto más forzada si no se ha leído previamente la novela. Es posible que para el espectador que vea la historia desde cero en la película este desarrollo en un personaje tan complicado y tan gris le resulte un tanto precipitado en la última parte de la adaptación. Este tipo de personaje no es lo común, no es a lo que estamos acostumbrados. En el libro, realmente, también ocurre así, aunque siempre una lectura permite digerir las cosas a un ritmo diferente. Sin embargo, y si nos paramos a pensarlo, nunca hay un cambio en Snow. No pasa de ser bueno a ser malo. Muestra empatía, que no bondad, y en última instancia todas sus decisiones le benefician a él. Siempre ha sido egoísta y ambicioso, y la posibilidad de regresar al Capitolio es la que termina de decantar su balanza hacia la vileza, pero esa faceta suya siempre estuvo ahí.
Por su parte, Lucy Gray también está genialmente interpretada por su actriz Rachel Zegler, y su personaje representa a la del libro a las mil maravillas. Su madurez, esa forma de hablar y de actuar como si tuviera muchos más años de los que en realidad tiene, como si hubiera vivido muchas más vidas, su seguridad en sí misma y su buen corazón son los aspectos clave del personaje que están perfectamente reflejados.

El resto de actores también cumple con creces con su papel, y destacan especialmente los más veteranos del elenco, como son Peter Dinklage como Highbottom y Viola Davis como la doctora Gaul.
Mención especial merece también la banda sonora, que rescata el tema del árbol del ahorcado de la tercera película, y también incorpora temas nuevos interpretados por Lucy Gray, ya sea en solitario o con la Bandada.
En cuanto a la ambientación, los escenarios siguen la estética de las anteriores películas, mostrando a la perfección el lujo y la tecnología del Capitolio frente a la pobreza de los distritos. Asimismo, también están muy bien representados estos Juegos del Hambre tan primitivos, y de los que se plantean ideas que se aplicarán más adelante, como se demuestra en las otras películas.
También destacan los guiños que el libro ya hacía con sus predecesores y que la película rescata, como la ya mencionada canción del ahorcado o las alusiones al nombre de la flor de Katniss, en una clarísima referencia a la protagonista de la saga original.
Además, la película también consigue no hacerse larga a pesar de las más de dos horas y media de duración, acertando también en dividir la adaptación en tres bloques diferenciados que ayudan al espectador a esquematizar la historia. Igualmente, el ritmo es muy constante, y logra mantener la atención del espectador al igual que la novela conseguía con el lector.

Por otro lado, los pocos cambios que hay en la película con respecto al libro son insignificantes, y, a pesar de que haya muchos detalles de la lectura que no se han incluido en la adaptación por razones obvias, ninguna de ellas se echa de menos.
Por otra parte, se nota que la película se esfuerza por remarcar los puntos clave más importantes, para que el espectador no se pierda en nada, como el momento en el que Lucy Gray pregunta directamente a Coriolanus quién es la tercera persona que ha matado, pregunta que, creo recordar, no hacía en el libro, pues ataba cabos tan sólo con el comentario de él.
Mención especial merece esa escena final en la que Coriolanus y Lucy Gray se dicen tanto con tan poco, lo que provoca la alerta y huida de ella y la desconfianza y la agresividad de él, cambiando para siempre el destino de ambos. Una escena que logra mantener la tensión y el suspense de la novela.

Así pues, el resultado final es una adaptación que convierte la novela en formato audiovisual, que no falla en lo esencial de la historia, que es el desarrollo del personaje de Coriolanus y en la reflexión sobre el poder y la crueldad del ser humano, a través de los Juegos del Hambre y del personaje de la doctora Gaul. Una adaptación que lleva a pantalla cada escena de barbarie, una detrás de otra, hasta un punto en el que el espectador, como Coriolanus, deja incluso de estremecerse y de sorprenderse, pues la película, como el libro, no da ni tiempo a asimilar una cuando ya pasa a la siguiente. En contraposición, muestra también escenas que recuerdan lo mejor del ser humano, como Lucy Gray ayudando a Jessup, o el tributo que cubre los cadáveres con la bandera de Panem en un acto de respeto hacia ellos.
Por poner alguna pega, quizá la película podría haber intensificado más algunos momentos de tensión, y es posible que se eche de menos un poco más de profundidad en algunos temas que el libro trata en las conversaciones que mantiene Coriolanus con la doctora Gaul, como esas famosas tres ces (compromiso, control y caos) que el libro desarrolla tan bien. Por otro lado, quizá habría ayudado que en la adaptación Coriolanus también se hubiera justificado a sí mismo aún más, de una manera más exagerada, por cada acción que le beneficia a él y perjudica a alguien, pues en la lectura prácticamente se está excusando a sí mismo a cada paso que da, algo clave en su comprensión como personaje.
En definitiva, “Balada de pájaros cantores y serpientes” es una adaptación maravillosa de la novela en la que se basa, que mantiene una fidelidad y un respeto absolutos por su historia original, que destaca lo mejor de ella sin perder todo lo que transmite. Un gran trabajo de guión, de actuaciones y de ambientación que consiguen el sueño de todo lector: que una adaptación a la pantalla sea el libro en imágenes.
VALORACIÓN DE LA ADAPTACIÓN: 9/10

—Oye, Todd, esta persona ha leído la entrada y no ha publicado ningún comentario.
—Espera un poco, Tedd. Dale tiempo para que pueda escribirlo.
—No escribe nada, Todd. Que le haya gustado y no nos lo diga me pone de mal humor.
—Tranquilízate, Tedd. No es bueno para tu salud que te estreses.
—De acuerdo, Todd. Pero acuérdate de decirle que no incluya spoilers de otros libros en los comentarios de esta entrada.