Quidditch a través de los tiempos, de JK Rowling

Es todo un lujo poder leer estos pequeños libros que engrandecen aún más si cabe el universo de Harry Potter. “Quidditch a través de los tiempos” es uno de los libros que aparecen en Hogwarts, especialmente en las primeras novelas de la saga, en las que podíamos encontrar a los personajes leyéndolo, por lo que es sensacional poder tenerlo en nuestras manos. Una vez más, Rowling hace gala de su desbordante imaginación, esta vez dándonos a conocer más detalles sobre los orígenes e historia del deporte mágico por excelencia.

NIVEL DE SPOILERS: BAJO

Las primeras páginas merecen un análisis aparte. No tenemos en nuestras manos cualquier ejemplar, tenemos el de la biblioteca de Hogwarts, con los nombres de los alumnos que lo han sacado y sus respectivas fechas de devolución, así como diversos garabatos y el aviso de Irma Prince, la bibliotecaria de Hogwarts. Qué genial es encontrar esto al abrir el libro. Fabulosas también las opiniones de la crítica de la página siguiente, entre las que podemos encontrar las de Ludo Bagman (recordemos que era un fanático del quidditch) y Rita Skeeter, entre otros. Y atención a otro sensacional detalle de la editorial: “Salamandra, en colaboración con Whizz Hard Books, Callejón Diagon, 129 B, Londres”.

El libro comienza narrándonos los comienzos de la escoba como medio de transporte entre los magos, y por qué precisamente este objeto, una escoba. Muy adecuadas resultan las referencias a las alfombras voladoras orientales. Pronto queda claro que las escobas no se limitaron a servir como medios de transporte, pues pronto surgieron los primeros juegos voladores, especialmente el queerditch, precursor del quidditch, en el que ya aparecían la quaffle y unas primitivas bludgers de piedra. Más adelante conocemos cómo se introdujo la snitch dorada, inicialmente como un rápido pájaro dorado al que uno de los jugadores debía dar caza. Qué interesante conocer también el por qué de los 150 puntos que vale atrapar la snitch, el precio de la recompensa en galeones que tuvo atrapar dicho pájaro en uno de los primeros partidos. Por fortuna más adelante sustituyeron a los pobres pajaritos por las ya conocidas snitches.

Como no podía ser de otra manera, el libro cuenta con diversos apartados sobre cada característica del quidditch, en los que ofrecen explicación sobre las pelotas, el campo y la posición que ocupa cada jugador: guardián, cazadores, golpeadores y buscador, pero también sobre las reglas e infracciones, lo que resulta muy curioso. Algunas de estas infracciones aparecen en los partidos de quidditch de Hogwarts, normalmente realizadas por los miembros del equipo de Slytherin, como el blagging (agarrar la escoba del rival por el cepillo), cometida por Draco Malfoy sobre Harry en “La Cámara Secreta”.

Muy interesante también es el capítulo sobre los equipos de quidditch de Gran Bretaña e Irlanda, pues algunos ya se mencionaron a lo largo de la saga. Recordemos que Cho Chang era seguidora de Los Tornados, que el profesor Slughorn tuvo como a alumna a Gwenog Jones, la capitana actual del Holyhead Harpies y que Ron tenía varios pósters de los Chudley Cannons. También es curioso el quidditch en otros países, especialmente en Norteamérica, donde se prefiere el quodpot, una variante de este deporte, y recuerda vagamente, en deportes muggle, a las diferencias entre fútbol y fútbol americano.

El libro hace un breve recorrido sobre el desarrollo de la escoba de carreras, en el que vemos nombres muy familiares como Flecha Plateada, las Barredoras o las Cometas. También aparece la serie Nimbus, aunque no la 2000 o 2001, ni tampoco la Saeta de Fuego, lo que es un gran acierto teniendo en cuenta que supuestamente la aparición de estas escobas fue posterior a la publicación de “Quidditch a través de los tiempos”, pues recordemos que Harry ya lo leía en su primer año en Hogwarts, y por aquel entonces la Nimbus 2000 era una novedad, la 2001 salió al año siguiente y la Saeta de Fuego apareció dos años más tarde.

Por último, cierra el libro el capítulo de quidditch en la actualidad, en el que se comentan las jugadas más conocidas del deporte mágico, como el Amago de Wronski, que ya conocíamos, pues la realizó Viktor Krum durante los Mundiales de Quidditch de “El Cáliz de Fuego”.

Un librito muy interesante y curioso para los fans de la saga Harry Potter, que expande y completa su universo desarrollando el quidditch, el deporte mágico más conocido de todos los tiempos.

—Oye, Todd, esta persona ha leído la entrada y no ha publicado ningún comentario.

—Espera un poco, Tedd. Dale tiempo para que pueda escribirlo.

—No escribe nada, Todd. Que le haya gustado y no nos lo diga me pone de mal humor.

—Tranquilízate, Tedd. No es bueno para tu salud que te estreses.

—De acuerdo, Todd. Pero acuérdate de decirle que no incluya spoilers de otros libros en los comentarios de esta entrada.

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