Sinsajo, de Suzanne Collins

“Me llamo Katniss Everdeen. ¿Por qué he sobrevivido? Debería estar muerta.”

El final de la trilogía. El cierre de la saga. Sinsajo es un libro diferente al resto, distanciándose de los dos anteriores siendo más complejo, bélico y aún más oscuro. Desgarrador final de este pavoroso mundo distópico que pone de manifiesto lo peor de los seres humanos. Digno final de una saga excelente.

 

SPOILERS

Desde el comienzo ya se ve que esta parte es diferente a las demás. No más Distrito 12, no más Juegos del Hambre. Esta vez toca rebelión y guerra. El Distrito 13 resulta agobiante debido a su situación bajo tierra y el estricto control que somete a sus habitantes, necesario para su supervivencia. Desde el primer momento se nos muestra a nuestra protagonista afectada y con evidentes secuelas de todo lo que le ha pasado, que no es poco, y que hace lo que le viene en gana, para desesperación de los cabezas de rebelión, especialmente Coin, una líder fría y calculadora que necesita a su sinsajo para encender la revolución. El problema es que Katniss al principio no está por la labor. Entonces, los lectores nos podríamos preguntar, ¿por qué le cuesta tanto a Katniss aceptar ser el sinsajo? ¿No es eso lo que quería desde el segundo libro, que los distritos se rebelaran, tener la oportunidad de vencer al Capitolio? Pero nos lo explica: la han usado como una pieza de sus Juegos, al igual que el Capitolio hizo con ella. Por tanto, ¿qué diferencia a los rebeldes del Capitolio? Además, dejaron a Peeta a merced de sus enemigos, y eso es algo que ella no puede perdonar. Pero tras un viaje al Distrito 12, ahora reducido a cenizas, tras el anuncio de Peeta de un alto el fuego, comprende que la rebelión no puede parar, que todo lo que se ha conseguido hasta ahora y todas las muertes que han ocurrido serán en vano, y accede por fin a ser el sinsajo, estableciendo sus propias condiciones para no volver a ser una pieza de nadie.

Los demás personajes también sufren una gran evolución. Prim ya no es una niña, apareciendo mucho más mayor y madura, y Finnick tiene poco que ver con el chico seductor y arrogante del principio del segundo libro, ni siquiera con el chico que aparece en la segunda arena, sufriendo también las consecuencias de todas las maldades a las que el Capitolio le ha sometido y le somete aún con la captura de Annie. Gale, que siempre ha sido algo más secundario, a pesar de su creciente protagonismo en la segunda parte, se convierte ahora en alguien importante que está dispuesto a derrotar al Capitolio a cualquier precio, aunque ello signifique alejarse cada vez más de Katniss. Aún son los amigos cazadores de siempre, aún confían el uno en el otro, pero las rencillas que mantienen a lo largo del libro dejan claras las mentalidades de cada uno, que difieren más de una vez.

A partir de que Katniss accede a ser el sinsajo comienza una escalofriante guerra televisiva entre rebeldes y Capitolio para hacerse con el control de los distritos, en la que se priorizan las apariencias antes que los hechos. Sin embargo, resulta evidente que los intentos de Katniss de seguir un guión son nefastos, por lo que es necesario enviarla a territorio rebelde de verdad, tal y como dice Haymitch (que, junto con Gale, es el único que sabe comprenderla, como sabe que no se le puede manejar), para alegría de los lectores, que comenzábamos a cansarnos de tanto Distrito 13.

De esta manera envían a Katniss al Distrito 8 a visitar un hospital tras los bombardeos, y por fin vemos el impacto real del sinsajo en la rebelión. El posterior ataque del Capitolio a este hospital vuelve a demostrar su maldad y de lo que son capaces de hacer, sin atisbo alguno de ética o moral. La acción comienza cuando Katniss desobedece instrucciones y entra en batalla con el apoyo de Gale. Y, por supuesto, con el equipo de televisión grabando cada gesto del sinsajo, y es que el discurso de Katniss emociona de verdad.

Entre propo y propo, llega la segunda intervención de Peeta en una entrevista, en la que ofrece bastante peor aspecto y de la que nadie informa a Katniss. De nuevo, pretenden manejarla a su antojo, entre ellos Gale, aunque sea con buenas intenciones, y creo que esto es el detonante en el distanciamiento definitivo entre ambos. En la evacuación se palpa el nerviosismo y el miedo, especialmente por la ausencia de Prim. Katniss se derrumba ante las rosas que deja Snow tras el bombardeo (otra muestra de la mente retorcida del presidente), y llegan la misión de rescate (que ocurre a una velocidad vertiginosa) y los secretos de Finnick (imposible no estremecerse). Finalmente, logran rescatar a Peeta y los demás, y nos llevamos una gran sorpresa. Ver al bondadoso y gentil Peeta en esas condiciones, convertido en un monstruo, nos causa el mayor de los desánimos. Por supuesto, la conmoción para Katniss es brutal, lo que nos hace preguntarnos cuántos horrores más será capaz de soportar, de cuantas monstruosidades más seremos testigos antes del final… y la larga lista no ha hecho más que comenzar.

Entre tanto, los rebeldes se hacen con el control de todos los distritos menos del 2. La despiadada trampa de Gale nos hace cuestionarnos una vez más qué es lo que es correcto, si todo vale en estas circunstancias, si el odio no les estará llevando a ser como lo que pretenden destruir. La conversación entre Katniss y el hombre que la amenaza con la pistola pone los pelos de punta. Es descorazonador que acaben disparando a Katniss. Entre tanto desánimo Collins nos da un momento de felicidad, quizá el único del libro, con la boda de Finnick y Annie, que sólo sirve de respiro para que nos preparemos para lo que se acontece.

Entonces empieza la preparación para el asalto al Capitolio y comienza de verdad la tercera parte, pues hasta aquí, y aunque pasan muchísimas cosas, el libro avanza algo lento. Peeta mejora levemente, con algunos comentarios mordaces que nos hacen echar de menos al verdadero Peeta. Finalmente Katniss consigue unirse a su pelotón, mientras que Johanna es incapaz, por lo que descubrimos cuál fue su tortura y todo su sufrimiento, al igual que todos los demás vencedores. Asignar a Katniss al pelotón estrella nos recuerda que esto no es solo una guerra: también es un espectáculo, al igual que lo eran los Juegos del Hambre. Y es que el asalto al Capitolio es realmente eso: son los Septuagésimo Sextos Juegos del Hambre. Las vainas vienen a ser otra trampa de los Vigilantes en una arena que ahora es el Capitolio entero, lo que resulta doblemente terrorífico. Leeg II pierde la vida al activar una de las vainas, pero su muerte simplemente pasa, no se le da importancia, no nos ha dado tiempo a conocer al personaje para poder conmovernos. Es, simplemente, otra muerte más.

Entonces ocurre. Boggs activa otra vaina en una misión que iba a ser supuestamente inofensiva, y empieza la locura, una carrera desesperada hacia el Capitolio con un solo fin en el que la única norma es seguir adelante, pase lo que pase. El odio generalizado de Katniss hacia el Capitolio se convierte en un profundo odio personal hacia Snow, que la ciega por completo haciéndola capaz de arriesgar la vida de todos los demás de manera casi inútil en una misión inventada. Para cuando se da cuenta del desastre, ya es demasiado tarde. Collins no tiene piedad, y nos horroriza con explosiones, aceite de brea, trampas y más trampas, mutos horribles, en un escenario tan terrorífico como el subterráneo. Las muertes se suceden una tras otra, pero ni siquiera nos da tiempo de sentirlas, son demasiadas y ocurren demasiado deprisa, pero sin duda la peor es la de Finnick, y es que nos duele mucho que un personaje así acabe de esa manera, y no sólo por lo salvaje y terrible que es su muerte. Es que todo ese horror era perfectamente evitable, y Katniss, en su venganza personal, los ha conducido hasta él, a pesar de que son ellos los que deciden seguirla. Pero nosotros, los lectores, lo sabemos: no había ninguna necesidad de que ese pelotón llegara hasta el centro, pues los rebeldes ya estaban tomando el Capitolio. Hemos vivido una auténtica pesadilla, de la que parecía que Katniss despertaría en cualquier momento y nos diría que no ha sido real, para conseguir nada, sólo muertes.

Pero Collins no para ahí. Los lectores aún estamos procesando todo lo ocurrido, no nos hemos acabado de recuperar de este tremendo golpe, aún estamos conteniendo la respiración, y entonces Collins nos machaca. En medio de un caos incomprensible en el que no entendemos nada, muere Prim, y la confusión se desata. De hecho, estas páginas están narradas de una manera tan confusa que en un principio casi ni nos enteramos de que Prim ha muerto, y seguro que más de uno las ha pasado para atrás y las ha releído, convencido de que algo se le había escapado. ¿Qué hacía aquí Prim? ¿Ha muerto? ¿Qué le ha pasado a Katniss? ¿Nos está narrando su muerte, se está muriendo? ¿Se ha acabado de volver completamente loca? Hay que avanzar otras pocas páginas para entender realmente lo que ha sucedido. Y aún así, nos seguimos haciendo preguntas. ¿Por qué Prim? Pues precisamente porque por ella empezó todo. Katniss se presentó a los primeros Juegos para salvarla. La saga se cierra por lo que empezó. Katniss no tenía intención de iniciar ninguna revolución, su única preocupación era salvar a su hermana. Y lo consiguió, pero inició inconscientemente algo mucho mayor que posteriormente acabó costándole la vida. Resumiendo, finalmente no ha conseguido salvar a Prim, que era su primera meta, pero se ha cumplido otra, la derrota del Capitolio, a un precio demasiado elevado.

La evolución de Katniss a lo largo de la saga es sobrecogedora. Se nos parte el corazón de ver a nuestra protagonista, a nuestra heroína, tan destrozada, tan hundida, pasando de ser nuestra admirable cazadora a convertirse en una chica vacía, sin ganas de vivir, a la que es imposible hacer ya más daño, una persona que lo ha perdido todo.

En la reunión de los vencedores supervivientes la autora nos amaga con una cuarta parte de la saga que podría tratar sobre unos Juegos del Hambre con niños del Capitolio, porque estoy convencida que a todos se nos pasó por la cabeza la idea al leer la decisión. Falsa alarma. Y no podemos entender cómo han podido decir que sí Haymitch y Katniss a tal proposición, hasta que Katniss mata a Coin, y entendemos que ella ha visto el peligro de otra presidenta sedienta de poder, que con el tiempo se convertiría en lo mismo que han destruido.

Por otra parte, Collins respeta las vidas de Peeta y Gale. De esta manera el enredo amoroso se resuelve de la única manera posible: es imposible que Gale y Katniss funcionen, así que se queda con Peeta, tal y como Gale predijo, escoge al que necesita para sobrevivir. Escalofriante la verdad que se esconde tras las palabras de Snow sobre la muerte de Prim y su relación con Gale. Aunque el libro no termina de aclararlo del todo, se deja ver que Snow dice la verdad, y que efectivamente la trampa de Gale fue la que acabó con la vida de Prim. Sin embargo, ya no nos quedan ni ganas de saber la verdad. El final de Snow, los intentos de suicidio de Katniss, que se vuelve completamente loca, su vuelta al Distrito 12, y su forma de gritarle al gato nos dejan con el alma desgarrada y con el fin de un libro increíblemente triste, cruel y desalentador en el que Collins no ha tenido ningún reparo en hacernos sufrir como el que más. Al acabar el libro nos quedamos destrozados y con los pelos de punta, y es imposible no haberse emocionado, estremecido, aterrorizado, horrorizado o no haber derramado más de una lágrima en algún momento.

Sin embargo, Collins nos regala un epílogo bonito y esperanzador después de un libro tan gris, pues a pesar de que ni Peeta ni Katniss se recuperan del todo (y nunca lo harán), logran superarlo, recomponer sus vidas y vivir en paz con ello. Preciosas y emotivas palabras finales: “… hago una lista de todas las muestras de bondad de las que he sido testigo.”, una manera de sobrevivir a tanto sufrimiento. Porque aún así, sabemos que hay juegos mucho peores.

—Oye, Todd, esta persona ha leído la entrada y no ha publicado ningún comentario.

—Espera un poco, Tedd. Dale tiempo para que pueda escribirlo.

—No escribe nada, Todd. Que le haya gustado y no nos lo diga me pone de mal humor.

—Tranquilízate, Tedd. No es bueno para tu salud que te estreses.

—De acuerdo, Todd. Pero acuérdate de decirle que no incluya spoilers de otros libros en los comentarios de esta entrada.

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6 comentarios en “Sinsajo, de Suzanne Collins”

  1. Me ha gustado tu entrada mucho. El problema que tiene para mí Sinsajo es que no me termino de creer que el Distrito 13 utilizase los mismos mecanismos propagandísticos que el Capitolio.
    Sé por qué Collins lo escribió así, porque quería mostrarnos que ambos gobiernos son, en el fondo, muy parecidos.
    Creo que este libro hubiera sido más interesante leerlo desde varios puntos de vista y no sólo el de Katniss.
    El final sí que me gusta, nos muestra a una protagonista imperfecta y que la ha cagado.
    Creo que lo mejor del libro es la parte posterior a la muerte de Prim. Cómo está escrita la confusión en la mente de Katniss que ni el lector se da cuenta si es real o no lo que ha pasado. Yo al principio me lo preguntaba si de verdad había pasado la muerte de Prim y no era una alucinación de Katniss.
    Creo que Haymitch y Katniss estén a favor de unos Juegos del Hambre con niños del Capitolio sólo era una trampa para que confiara en ella para que no la viera capaz de hacer algo contra el nuevo régimen.
    Me he topado con esta reseña unos tres años después de haberla escrito ����.
    Saludos
    Todo el desenlace está narrado con maestría.

    1. ¡Me alegra muchísimo que la entrada te haya gustado!
      Es verdad que parece contradictorio que el Distrito 13 utilice los mismos mecanismos que el Capitolio, cuando son el Distrito que más lo ha sufrido, pero yo creo que tiene sentido y eso era lo que quería mostrar la autora.
      Es posible que el libro hubiera sido más interesante desde varios puntos de vista, pero creo que eso le quitaría parte de la gracia de que esté narrado en primera persona por Katniss, especialmente en la parte final, que como indicas, es tan confusa que ni el lector sabe lo que está pasando, y que coincido en que es la mejor parte del libro.
      Y sí, la afirmación de Katniss y Haymitch a unos nuevos Juegos del Hambre tiene esa finalidad.
      Me alegra que te hayas topado con mi entrada aunque sea unos años después de haberla escrito. De hecho, las entradas de Los Juegos del Hambre fueron las primeras que escribí.
      ¡Muchísimas gracias por tu comentario!
      Saludos 🙂

  2. No estoy de acuerdo contigo en una parte,en la elección entre Peeta y Gale,yo creo que no elige a Peeta por descarte lo elige primero porque es el unico que le puede ofrecer que la vida puede ser dulce otra vez,es decir,que pueden volver a ser felices a pesar de sus perdidas,te recuerdo que cuando vuelven a besarse ella vuelve a sentir lo que sintio en la playa durante la expiación, yo creo que ellos siguen enamorados a pesar de todo lo que ha vivido y de que estan rotos por dentro y que es cierto que nunca se recuperaran del todo pero lo intentan juntos. Sin embargo en ningun momento del libro da la sensacion de sentir algo mas que una amistad por Gale ni siquiera despues de su flagelación(en llamas) y no siente nada cuando el la besa solo pena o despecho ¿como podria elegirle si lo unico que Gale ofrece es odio e ira? ¿como sobrevivir al infierno con alguien asi? para eso se hubiese suicidado que es mas rapido, sin embargo elige sobrevivir lo que Peeta ofrece es reconstruirse juntos y aunque no este escrito en el libro su manera es con amor,ternura,cariño….. Aunque la bomba de Gale no hubiera sido la causa de la muerte de Prim es imposible que ella le hubiese elegido, ella lo dice al final de capitulo 27 despues de comprobar que sigue sintiendo la pasion que sintio en la playa cuando Peeta la besa ella dice "esto no podia acabar de otra manera". Yo creo que la forma de ver el amor en este contexto es la manera que tiene Collins para explicar como se recupera la gente que sobrevive a una guerra.

    1. Analista de Libros

      Tienes razón, Katniss no elige a Peeta por descarte porque lo suyo con Gale no pueda funcionar, sino porque lo suyo con Peeta sí que funciona, y es con el que podrá sobrellevar y superar todo lo que ambos han vivido, como dices, con amor, ternura y cariño. Estoy de acuerdo contigo en que aunque la bomba de Gale no fuera la causa de muerte de Prim Katniss escogería igualmente a Peeta, y eso es a lo que me refiero cuando digo que es imposible que Gale y Katniss funcionen, pues como se menciona en el libro Gale está también lleno de odio, y de eso Katniss tiene ya de sobra, además de que es de Peeta de quien está verdaderamente enamorada y es con el que logrará superarlo.

      Excelente puntualización! Me ha encantado. Muchas gracias por comentarla! 🙂

  3. Me ha gustado mucho lo que has escrito. Aunque de los libros el que más me gusta es En llamas, en las películas Sinsajo Parte 2 es mi favorita.
    Aun no he superado que haya terminado la saga aunque dicen que habrá precuela.

    Muchas gracias por pasar por nuestro blog, nosotros también te seguimos.
    Te mandamos un beso y seguimos leyéndonos.

    Un beso 🙂

    1. Analista de Libros

      La verdad es que da mucha pena que termine una saga después de tanto tiempo siguiéndola. Una precuela podría estar muy bien. Me alegro de que os haya gustado, sin duda seguiré pasando por vuestro blog.
      ¡Muchas gracias por vuestro comentario y por pasaros!

      Un saludo 🙂

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